Radagast fue un artista inclasificable: comenzó tocando jazz, rápidamente se interesó por la magia, y en el medio se dio cuenta de que lo que más le gustaba era hacer reír. Mezcla todo eso y más en cada uno de sus shows. Se presentó en plazas y, con una popularidad creciente que se apoya en las redes sociales, llena teatros y fue elegido por una plataforma on demand para un especial.
Radagast fue un artista inclasificable: comenzó tocando jazz, rápidamente se interesó por la magia, y en el medio se dio cuenta de que lo que más le gustaba era hacer reír. Mezcla todo eso y más en cada uno de sus shows. Se presentó en plazas y, con una popularidad creciente que se apoya en las redes sociales, llena teatros y fue elegido por una plataforma on demand para un especial.