El Señor Jesús formó su Iglesia como una Comunidad de Fe, para que sea el lugar donde todos los cristianos encontremos plenitud. Aquí podemos ser honestos y transparentes, y ayudarnos los unos a los otros a parecernos cada vez más a Él.

El deseo del Señor es que vivamos en abundancia. En Juan 10:10 dice: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia"

Jesús no vino a quitarnos nada, sino a darnos todo lo que necesitamos para vivir en plenitud. Vino a liberarnos del pecado, para que pudiéramos restaurar nuestra relación con Dios. Y nos mostró cómo vivir en comunidad unos con otros.

Una vida plena y libre comienza con una relación de confianza con Dios, y se expande en relaciones de confianza con otras personas. La vida plena y abundante de Cristo es para compartirla con los demás.

La Comunidad no es sólo una buena opción; es una necesidad, como el agua, la comida y el refugio. Dios creó en nosotros la necesidad de Él y de otras personas. Somos seres relacionales porque Él es un ser relacional. Nuestra comunidad con los demás se convierte en el escenario del mundo real donde practicamos el amor que la relación con Dios produce en nosotros.

Dios utiliza a otras personas para ayudarnos a crecer, y nos usa a nosotros para ayudar a crecer a los demás.

Durante las próximas semanas, exploraremos la conexión entre la relación con Dios y la comunidad con otras personas. Hablaremos sobre cómo los dos son componentes esenciales para crecer espiritualmente y vivir la vida al máximo.

El significado de la palabra santo es “separado”. Es estar alejado y separado de todo lo que no agrada a Dios. Esto es algo que debemos vivir todos los días. La santidad no es el destino, sino la ruta misma de obediencia y amor a Jesús. Dios decidió apartarnos del pecado desde el momento mismo que decidimos aceptarlo a Él y ha puesto al Espíritu Santo para que nos ayude a transitar por este camino.

Jesús presenta la Parábola de las 10 vírgenes como una descripción entre las personas sabias e insensatas. Él nos anima a estar siempre atentos y nos advierte del peligro de quedarnos dormirnos. Satanás sabe que Jesús dio vida a Su Iglesia y esta no puede morir, por eso intenta adormecerla e insensibilizarla. Jesús nos advierte de que Su regreso va a ocurrir en un momento de mayor oscuridad a nivel mundial.

La Excelencia se define como el intento, reiterativo, de ser una persona cada vez mejor. También es la dedicación y compromiso de una persona que procura desarrollar su máximo potencial. Caminar hacia la excelencia comienza con una carga en nuestras vidas y concluye con la honra a Dios y la inspiración a otras personas. La Excelencia es un camino que todos podemos transitar día tras día. 

El secreto de vivir con alegría es ser una persona agradecida. Pero muchas veces las preocupaciones no nos dejan crecer o avanzar. En ocasiones algunas personas suelen dejar que se apague su tiempo de intimidad con Dios empeorando aún las cosas. El resultado de permitir que las preocupaciones nos ahoguen puede desesperarnos y apagar nuestra fe.

Pero el Señor no nos mandó a vivir así, Dios nos manda a dar gracias en cualquier circunstancia y a ser agradecido con lo que tenemos.

Jesús es la persona más importante en la historia de la humanidad, su influencia ha sido tal que ha logrado dividir el mundo en antes de Él y después de Él. Su mayor alcance ha sido para quienes lo hemos aceptado como nuestro Señor, Salvador e Hijo de Dios. Jesús ha cambiado la vida de millones de personas en la historia; es el camino al Padre y todos los que le reciben pueden heredar la vida eterna con Él. Conocer a Jesús implica aceptar una necesidad que solamente Él puede saciar.

La oración que hizo nuestro Señor Jesucristo en la noche del amanecer del viernes en Su hora de prueba nos enseña varias cosas:

¿Cómo podemos comparar la oración de Jesús con la nuestra?

Dios quiere que podamos discernir los tiempos en que vivimos, en cómo es nuestra generación y la sociedad para que sepamos que hacer y cómo comportarnos. Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y todos tenemos un papel importante en la formación de esta generación. La Biblia habla de personas “entendidas en los tiempos”, ellos entendían lo que sucedía en su generación.