¿Son buenos los límites? ¿Pueden ayudarnos en algo? Solo piénsalo... y prueba a ver qué pasa contigo.

Yo te cuento mi experiencia: puedes estar más presente, consigues más intensidad y vives mejor cada momento.

Y en este episodio te digo por qué. Y te hablo de cómo usarlos...

Esta es la herramienta final que todos necesitamos. Pero es muy difícil conseguirla en su totalidad. Y tal vez la gracia está en que nunca llegas al final.

¿Qué es ser más consciente? ¿Cuánto camino puede abrirte? ¿Vale la pena intentarlo en cada momento?

Creéme: te llevará toda la vida. Pero no importa si eso quiere decir que tendrás la vida que siempre has querido.

Cada vez tengo menos personas con las que pasar el tiempo. Y eso ha llegado a preocuparme.

Pero hace dos días me escribió alguien por Instagram. Y esto fue lo que pasó.

Tu mejor habilidad puede convertirse en tu mayor debilidad. Si tú lo decides, claro.

¿Qué estás haciendo con los dones que te dio la vida? ¿Sabes todo lo extraordinarios que son o los ves tan naturales como respirar y seguir andando?

Presta atención a lo que haces y sientes. Porque también puedes conseguir que tu mayor oscuridad sea tu mejor virtud. Y regalarla luego, por supuesto.

Seguro que lo has dicho miles de veces: no te importa lo que digan de ti. ¿Será verdad? ¿Qué pasa cuando te quedas solo y comienzas a procesar todas las opiniones? ¿Te aplaudes o te castigas? Quiero dejarte un ejercicio. Y espero que tengas el valor de hacerlo.

El recurso más valioso que tienes es tu tiempo. ¿Qué estás haciendo con él?

Aquí te dejo un camino por el que puedes comenzar: bloquea un momento del día solo para ti y déjaselo claro a todo el mundo.

Habrás levantado un STOP que marcará el cambio.

Quiero compartirte una de las herramientas que más me ha ayudado a elevar mi nivel de consciencia, a ser más productivo y a encontrar cómo me quiero sentir, e ir por ello.

Todo se resume en una pregunta: ¿Qué tengo que aprender de esto que me está pasando?

Háztela en esos momentos en los que parece que nada tiene sentido: porque puede salvarte. Y lo hará.

Hace dos años que hago ayunos con frecuencia. Solo un avance: he pasado de las 48 horas sin comer absolutamente nada. Y quiero contarte cómo me siento con este hábito.

Porque es increíble lo que ocurre cuando experimentas esos momentos de autocontrol, conexión contigo mismo y liberación. Ya lo dicen por ahí: somos lo que comemos. ¿Y cuando paramos? ¿Quieres saber en lo que te conviertes?

Tres preguntas para ti:

1. ¿Qué es lo que quieres?

2. ¿Qué es lo que tienes?

3. ¿Con qué te vas a quedar?

Hay que decidir: me gusta darte la noticia.

Porque la felicidad tiene su precio. Y no es en dinero. Tienes que entregarle tus vacíos.

¿De qué los estás llenando ahora?

La historia que vas a escuchar ocurrió en el siglo XXI. Lo creas o no.

Y da igual cuándo, dónde y cómo estés teniendo sexo. Quédate, porque te puede estar pasando a ti.

¿O nunca te has sentido mal cuando te cuestionan?