La oración es una súplica a Dios, pidiendo que las nuevas personas que ingresen en la vida del orante sean portadoras de bendiciones. Está dirigida a Dios Padre, Jesús, el Espíritu Santo y la Virgen María, solicitando que estas relaciones sean edificantes, llenas de paz, amor y respeto. La oración pide discernimiento para reconocer a quienes traen bien y alejar a quienes no, buscando siempre la protección y guía divina en cada nueva conexión personal. Es una oración extensa y detallada que refleja un profundo deseo de bendiciones y crecimiento espiritual a través de las relaciones interpersonales.