Cuando eres tocado por Jesús, puedes hacer lo que antes en tus propias fuerzas no podías.

En medio de la dificultad Cristo siempre permanece con nosotros. Dios transforma el mal para nuestro bien. 

No podemos caminar una vida pasajera sin un propósito eterno, una conciencia cauterizada nos limita de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas.

No, no es suerte. Dios hace intervenciones divina para mostrar su favor. 

Tu vida no puede depender de la revelación de otros, sino de una relación de intimidad con el Señor. Dios quiere hablarte.

1 Corintios 13:4-7 NVI

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El Espíritu Santo te está llamando para algo más, es momento de empezar a renunciar a todo aquello que nos hace seguir a Jesús a medias y no radicalmente.

No confíes en tu conocimiento, confía en el Espíritu Santo.

Mientras estemos avivando el fuego, el Señor empezará a provocar cosas sobrenaturales en nuestras vidas.

Todos nosotros podemos recibir rompimientos personales pero hay algo poderoso cuando un grupo de personas recibe un rompimiento corporativo.