Con Yaiza Santos

No tuvo más remedio que ocuparse de las dos caras de la misma moneda, nuestro trumpiano familiar y el verdadero Trump, parecidos y distintos. En especial, observó divertido la pretensión en Davos del presidente español para erigirse en el fact checker global. Nadie se llame a engaño: a Sánchez no le importan la verdad o los ciudadanos, sino el blanqueamiento de la mugre que lleva encima, su preocupación por no pasar a la historia como el campeón europeo de la mentira. Este es un mero asunto higiénico y personal.

Sobre el anonimato y los bulos tuvo mucho que decir. Por ejemplo, que la pretensión cumplida de Sánchez pudiera llevar a conocer los mensajes borrados del fiscal general. O que las empresas, ¡autopistas de la información, se llamaban!, son responsables e impunes por permitir no solamente mentiras sino delitos. No, no atenderá Murtra, ese nuevo lacayo.

Está prestando gran atención al apoyo que parece dar el nuevo Gobierno de Estados Unidos a la inteligencia artificial. Con toda la aversión que le provoca el monigote Trump, sí vislumbra que puede ser el momento ideal para dar un impulso al fin de grandes fatalidades.

Tras conocer la detención de quienes robaron a los abogados de González Amador, recordó lo que un policía le había contado sobre las mafias parásitas que surgen al calor de los momentos aldamas. Y preguntó a Santos: si, como dice el paper candente de la semana, las mujeres hacen más formidables a los hombres, ¿quién o qué hace formidables a las mujeres?

Y fue así que Espada yiró.

Bibliografía:

• Jean-François Revel, La obsesión antiamericana
• Thierry Meyssan, La gran impostura 
• José Luis Pardo, «Verificaciones», en El Mundo 
• Julio Trujillo, Bipolar

• Burning paper: «El cuerpo masculino sexy y formidable: la altura y el peso de los hombres son rasgos que dependen de la condición y seleccionados sexualmente», Biology Letters, 22 de enero de 2025, recogido por The Guardian

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