Muchos a diario toman el suicidio como una salida, y puede ser que las situaciones te lleven a contemplar la muerte como una salida. No es así, hoy quiero recordarte que vales la sangre derramada del hijo de Dios. Un precio que nadie puede pagar, pero Dios lo hizo. Dios pago el precio para tu vida, acércate a Dios, descansa en él, él te ofrece perdón y vida eterna, quiere transformar tu vida. ¿Te ves vil y menospreciado?, pues esas son las características de las personas que Dios usa. ¡Vive! Aférrate al propósito de Dios para tu vida, aférrate a Dios, pídele en el lugar donde estés que ÉL se glorifique, te muestre el camino y traiga a tu vida un cambio.