Richard Somonte Llerena (La Habana, 1991) solamente ha visto una corrida de toros en su vida, pero el toro como animal de culto en el ruedo le impactó rápidamente como artista. Fue en Las Ventas y a partir de ahí se ha convertido en un aficionado taurino muy transgresor tras tener una primera referencia con Luis Mazzantini.

A partir de ese flechazo, el pintor cubano creó una serie sobre tauromaquia con retratos únicos sobre Manolete, Joselito El Gallo o Morante de la Puebla: “Manolete es el torero que más me fascina por la poética de su muerte, murió matando”, destaca.

Se graduó como pintor en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro de La Habana y su tesis fue el resultado de un proceso de investigación sobre el género paisajístico en el siglo XVIII. Somonte es, como su admirado Francisco de Goya, el pintor de los toros. Un nuevo genio que se ha acercado a la fiesta taurina como punto de inspiración.

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