El texto explora la evolución histórica de las marcas de picar en las corridas de toros, específicamente el "tercio de varas", que son cruciales para el evento. Originalmente, los picadores eran multados o encarcelados si no se acercaban lo suficiente al toro, según el reglamento de Málaga de 1847. Esta situación cambió drásticamente, llevando a la introducción de una línea concéntrica en 1908 en Zaragoza, que se estableció formalmente en el reglamento de 1923 y se denominó "tercio" en 1930. Finalmente, el 11 de abril de 1959, se añadió una segunda línea por orden del Ministerio de Gobernación, a sugerencia de Domingo Ortega, para evaluar la valentía del toro y evitar que los toreros lo colocaran debajo del caballo. La primera corrida con esta nueva línea tuvo lugar en Madrid el 19 de abril de 1959, donde el toro "Tontuelo" demostró una bravura excepcional, recibiendo siete varas y derribando seis veces.