Seguro te has sentido identificada en algún momento: la presión de ser la mamá perfecta.
Hoy quiero decirte algo: no tienes que serlo.
Ser mamá no es una competencia, no hay medallas por ser la más organizada, la más paciente o la que nunca se equivoca. Lo que realmente importa es ser una mamá presente, real y dispuesta a aprender.