Elon Musk no será bienvenido en nuestro refugio. Todavía no tenemos claras muchas cosas, pero esta sí es una de ellas. No lo soportamos.
Tampoco nos gusta que se ponga en riesgo obras de arte por muy noble que sea la causa que se pretende defender y no nos deja muy tranquilos las construcciones de super imanes por mucho que se nos ocurra una manera de conectarlo con otras culturas.
Por otro lado, no hemos ni construido el lugar dónde pasaremos el fin del mundo y ya tenemos a dos miembros peleándose. Hemos decidido que lo resuelvan a vida o muerte con un método novedoso.
¿Por cierto, a quién ofenderemos hoy?
Marchando una ronda más en el Bar del Fin del Mundo.