Los monasterios fueron durante la Edad Media focos desde los que cristianizar territorios, salvaguardar, crear, pero también destruir cultura, así como bastiones del poder tanto de la Iglesia como de los señores feudales. En el caso de Aragón fueron además los cimientos y pilares sobre los que se acabó construyendo el reino aragonés. La forma con la que esa alianza entre Iglesia y monarquía llegaría hasta el último rincón de los valles pirenaicos. Y sin duda, el más importante de todos esos cenobios fue el que a su vez se convertiría en el primer panteón real de los reyes aragoneses: San Juan de la Peña. ¿Cuál es su historia?