A continuación, presentamos las 10 creencias más extendidas y erróneas sobre MARÍA, con el propósito de arrojar luz sobre su verdadero rol en la fe cristiana, según lo revelado en las Escrituras. Número uno, MARÍA es la Madre de Dios. La afirmación de que MARÍA es la Madre de Dios tiene su origen en la interpretación teológica de MARÍA como teótokos, un término griego que significa portadora de Dios o Madre de Dios.
Este título fue proclamado oficialmente por la Iglesia Católica en el Concilio de Éfeso en el año 431 d.C., con el propósito de defender la divinidad de Cristo contra las herejías de la época. Sin embargo, este título, aunque comúnmente aceptado dentro del catolicismo, no se ajusta completamente a la enseñanza bíblica. Es cierto que MARÍA fue la Madre terrenal de Jesús, pero no se puede decir que sea la Madre de Dios en un sentido absoluto.
Jesús, como la segunda persona de la Trinidad, ya existía en su divinidad antes de su nacimiento en la carne. La Biblia deja claro que Dios es eterno, sin principio ni fin, y que Jesús, en su naturaleza divina, existía antes de la creación del mundo. MARÍA fue escogida por Dios para ser la Madre de Jesucristo en su humanidad, pero no puede ser considerada la Madre de Dios en el sentido de que ella haya dado origen a su naturaleza divina.
Este título, aunque intentaba resaltar la importancia del nacimiento de Jesús y su unión con la humanidad, ha sido mal interpretado a lo largo del tiempo y ha llevado a concepciones erróneas sobre el rol de MARÍA en la teología cristiana. El título de Madre de Dios puede llevar a la idea errónea de que MARÍA es la causa originaria de todo, incluso por encima de Dios mismo. Si no se entiende correctamente, este concepto puede dar lugar a graves errores doctrinales e incluso herejías.
MARÍA no tuvo otros hijos. El dogma de la perpetua virginidad sostiene que MARÍA permaneció virgen durante toda su vida, lo que implica que no tuvo más hijos además de Jesús. Esta enseñanza es promovida principalmente por la iglesia católica, que cree que MARÍA no tuvo relaciones sexuales con su esposo José después del nacimiento de Jesús y que su virginidad fue preservada de manera perpetua.
Sin embargo, esta interpretación se encuentra en conflicto con lo que la Biblia claramente enseña. En varios pasajes del Nuevo Testamento se mencionan a los hermanos y hermanas de Jesús. En el Evangelio de Mateo, capítulo 13, versículos 55 y 56, dice ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre MARÍA y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues? ¿Tiene este todas estas cosas? Este pasaje menciona específicamente a Jacobo, José, Simón y Judas como los hermanos de Jesús, además de hacer referencia a sus hermanas, lo que claramente sugiere que Jesús tenía otros hermanos y hermanas.
De manera similar, en Marcos, capítulo 6, verso 3, se repite esta idea. ¿No es este el carpintero, hijo de MARÍA, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? ¿Y se escandalizaban de él? Este texto también es explícito al nombrar a los hermanos de Jesús, confirmando la existencia de otros hijos de MARÍA. El término griego utilizado en estos pasajes para hermanos es adelphoi, que significa hermanos en el sentido literal, no primos o parientes.
El argumento católico de que adelphoi se refiere a primos no se sostiene en el contexto lingüístico ni histórico. En el griego del Nuevo Testamento, adelphoi se usa principalmente para describir a hermanos de sangre, como en muchos otros textos de la Biblia. Por ejemplo, en Hechos, capítulo 1, verso 14, leemos, «Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con MARÍA la madre de Jesús, y con sus hermanos».
Cuando se menciona a los «hermanos de Jesús», se usa el mismo término adelphoi. «Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con MARÍA». Este versículo también indica que los «hermanos de Jesús» eran personas cercanas a Él, lo que refuerza la idea de que eran hermanos de sangre y no primos.
Además, en Juan capítulo 7, versículos del 3 al 5, se menciona nuevamente a los «hermanos de Jesús», y su actitud hacia Él parece indicar una relación de hermanos biológicos. Notemos lo que dice el relato bíblico, «Y le dijeron sus hermanos, sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto.
Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. Porque ni aún sus hermanos creían en él». Aquí, los «hermanos de Jesús» están claramente hablando con Él, como si fueran sus parientes cercanos, lo que subraya la idea de que eran, de hecho, sus hermanos biológicos.
En cuanto a la enseñanza de la perpetua virginidad de MARÍA, no existe un respaldo EXPLÍCITO en las Escrituras para afirmarlo. El Nuevo Testamento, lejos de confirmar que María permaneció virgen toda su vida, más bien señala que ella y José tuvieron otros hijos. En Mateo capítulo 1, verso 25, se menciona que José no conoció a MARÍA hasta después del nacimiento de Jesús.
Leamos el relato bíblico, «Pero no la conoció HASTA que dio a luz a su hijo primogénito, y le puso por nombre Jesús». La NTV traduce este pasaje de la siguiente manera, «Pero no tuvo relaciones sexuales con ella hasta que nació su hijo, y José le puso por nombre Jesús». El uso de la palabra «HASTA» implica que después del nacimiento de Jesús, José y MARÍA tuvieron una relación conyugal normal, lo que habría resultado en más hijos.
Estimado oyente, la enseñanza BÍBLICA es clara en cuanto a que Jesús tuvo hermanos y hermanas, y el término «hermanos» usado en los Evangelios es consistente con su significado común de hermanos biológicos. La interpretación de que MARÍA no tuvo otros hijos, y que permaneció VIRGEN toda su vida, no tiene base en las Escrituras, y es más una tradición posterior que ha sido incorporada al dogma católico. Número tres, MARÍA fue concebida sin pecado, o la INMACULADA Concepción.
El dogma de la INMACULADA Concepción, proclamado por la Iglesia Católica en el año 1854, sostiene que MARÍA fue concebida sin PECADO original, es decir, que desde el momento de su concepción, estuvo libre de todo pecado, incluso el pecado heredado de Adán y Eva. Según esta doctrina, MARÍA fue preservada de la mancha del pecado original, para poder ser la madre de Jesús, el Salvador. Sin embargo, esta enseñanza no tiene respaldo en las Escrituras, y se aparta de lo que la Biblia enseña sobre la naturaleza humana.
La Biblia es clara en que todos los seres humanos, sin excepción, nacen con el PECADO original. En Romanos capítulo 3 verso 23 se establece de manera tajante, por cuanto todos PECARON y están destituidos de la gloria de Dios. Este versículo declara que todos los seres humanos, sin importar su estatus o condición, han pecado y están separados de la gloria de Dios.
MARÍA, como ser humano, no es una excepción a esta regla, ya que, según las Escrituras, todos los seres humanos heredan la naturaleza pecaminosa de ADÁN.
La Biblia no hace ninguna distinción para MARÍA, lo que significa que, de acuerdo con el testimonio bíblico, ella también estaba sujeta al PECADO original, como lo está toda la humanidad. Además, MARÍA misma reconoció su necesidad de un Salvador, lo que sería innecesario si ella hubiera estado exenta de pecado.
En Lucas capítulo 1 verso 47, cuando María expresa su alabanza a Dios, dice, Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Si María hubiera nacido sin pecado, como sugiere el dogma de la INMACULADA Concepción, no tendría necesidad de un Salvador.