Astrologistas - Viaje de Ida T01 E08: Escorpio 

Aquí llega Escorpio, y la armonía de Libra se transforma en un intenso y profundo intercambio pulsional y apasionado.

Invitadas de luxe: Lu Gaitán @lu_gaitan (Twitter) y Ángeles Michelena (México) @TuitAstrologico (Twitter)

Saturno es el principio que delimita, estructura y da forma. No impone límites por castigo, sino para recordarnos que toda manifestación necesita contorno, toda visión, un marco. Es la conciencia del tiempo, del esfuerzo sostenido, de la responsabilidad que madura. Saturno no premia lo rápido ni lo fácil: afila, concentra, endurece para que algo verdadero pueda sostenerse. Representa la ley interna que regula y la paciencia que construye. En su recorrido, muestra lo esencial podando lo superfluo. Es la gravedad que nos arraiga y el maestro que, con severidad, nos devuelve al centro. Es la arquitectura del ser.

Invitad@s deluxe: María Blaquier @astrologiamariablaquier
y Clara Fernández @a.gua.vi.va

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Aquí llega Capriconio, la concreción de todo lo recorrido a partir de Aries.

Es la forma en su máximo esplendor.

Es realidad y realización.

Invitad@s Deluxe: Danizam (@_danizam en Twitter y @ctrascendental en IG), @astrofeminista (TW e IG) y Manuel Carballal (@E_O_C_ en Twitter y http://elojocritico.info)

Piscis es la energía ya disuelta. Hay que volver a comenzar el viaje. Lo que se completó, aquí se desborda, se deshacen los límites. Resonancia y vibración sensible.  Pero el ciclo debe recomenzar, y esta energía concentrarse y dar lugar al primer estallido.  

Y a esto vendrá, nuevamente y en otro nivel, Aries.

Desde el principio de los tiempos, la Luna ha sido un símbolo poderoso que refleja los misterios del alma humana y la naturaleza cíclica de la vida.

Como símbolo, la Luna nos recuerda la transitoriedad de la existencia y la conexión con lo femenino, lo intuitivo, y lo instintivo, invitándonos a explorar nuestras profundidades y a aceptar el cambio perpetuo como una parte esencial de la vida.

Mercurio, el mensajero de los dioses en la mitología romana, es un planeta que brilla con una energía vibrante y dinámica. En la astrología, Mercurio es el regente de la comunicación, el intelecto y el pensamiento racional. Es el planeta que gobierna cómo procesamos la información, cómo nos expresamos y cómo interactuamos con el mundo que nos rodea.

Venus es mucho más que el planeta del amor: en su órbita, refleja lo que valoramos, lo que nos atrae y cómo buscamos el equilibrio en nuestras relaciones y placeres. Desde los lazos más profundos hasta las cosas simples que disfrutamos, Venus habla de nuestro modo de conectar con lo que nos rodea. Es el impulso hacia lo que consideramos bello, una atracción que nos guía para explorar el mundo con sensibilidad, descubriendo en él esas pequeñas armonías que nos completan.

Marte es la chispa primordial, el motor que nos empuja a actuar y conquistar.

Representa el pulso de la vida en su forma más pura: el deseo de avanzar, de enfrentarnos a lo que se interpone, de afirmar nuestra existencia.

No se limita a la fuerza física o al conflicto; Marte es el impulso visceral que convierte la intención en acción, el instinto que transforma la pasividad en movimiento.

Es la voluntad de encender nuestro propio fuego y sostenerlo, incluso cuando el camino exige coraje y decisión.

El Sol es mucho más que el astro de la identidad: en su recorrido, marca el pulso de nuestra esencia, aquello que nos vitaliza y nos define en lo más profundo. No es solo el yo, sino la fuente desde la que irradiamos nuestra verdad. Representa la conciencia en su estado más puro, la voluntad de ser y de brillar con autenticidad. Es el núcleo alrededor del cual orbitan nuestras experiencias, guiándonos a expresar nuestro propósito con claridad y determinación.