La biblia enseña que antes de la obra de Dios en nuestra vida nosotros éramos por naturaleza hijos de ira, apartados de Dios, enemigos de Dios, esclavos del pecado y muchas cosas mas. Ante tal cruda realidad el amor de Dios resplandece como un rayo de luz en la oscuridad. El Padre no esperó que estemos limpios para abrazarnos. El nos eligió, nos amó, nos llamó, nos hizo sus hijos y nos dio una nueva identidad, a pesar de haberle dado la espalda. Te invitamos a meditar en el siguiente mensaje de la Palabra de Dios.