¿Son las rubias poco espabiladas?
¿Las chicas majas no son guapas?
Si vas muy corta o muy escotada, ¿eres una fresca?
Si no te maquillas, ¿una descuidada?
Las etiquetas son inevitables, porque nuestro cerebro necesita organizarse, pero ¿los prejuicios...? Michelle Oquendo y Ana Comellas se confiensan e intentan despojarse se los suyos, los propios y los heredados. ¿Tomas notas de los tuyos con ellas?

Señora... esa palabrita que nos trae por la calle de la amargura... ¿por qué?

Michelle Oquendo y Ana Comellas reflexionan acerca de lo que implica ser una señora. ¿Te pone años? ¿Te condiciona para comportarte de una forma determinada? ¿Sería la vida más perfecta sin esta etiqueta?

Señoras, dejen atrás sus prejuicios y acompáñennos, que tenemos mucho de qué hablar...

El cambio. A veces deseado, otras rechazado, nos tenemos que mover entre algunos y luchar por otros.

Michelle Oquendo y Ana Comellas han vivido muchos, algunos con ansiedad y tristeza, otros con valor e ilusión.

Lo quieras o no, nada permanece salvo el cambio. Acompáñanos a intentar conducirlos a nuestro favor.

Cuando te toca decirlo o rellenarlo, ¿eres tú la que marcas el estado civil... o es el estado civil el que te marca a ti?

Michelle Oquendo marca el de viuda y Ana Comellas ha maracdo todos, menos ese. Hoy la conversación va de cómo estar soltera, casada, divorciada o viuda pueden poner una marquita en ti, a tus ojos o a los de los demás, especialmente, cuando "no toca", por edad o condición, poner la marca en esa casilla concreta.

Buscábamos la perfección y la perfección no existe. La vida es perfecta cuando la aceptas como es, con todas sus imperfecciones.

Porque nos han vendido modelos de perfección que no llevan a la felicidad. Porque necesitamos más abrazos y compasión (según su etimología “sentir con”) que modelos imposibles (sociales, familiares, estéticos…)

Porque el estándar lo pone uno mismo, no la sociedad, tu entorno o Instagram. Y para saber lo que quieres, tienes que equivocarte.