Comenzamos con dos boleros, el de Ravel, pero en versión swing por Benny Goodman, y el del Savoy, la gran sala de baile de Harlem en los años 30, por Helen Humes y la orquesta de Count Basie. Lo más parecido a un bolero es una 'torch song', la canción que canta alguien que aún mantiene encendida la antorcha de un amor perdido. Billie Holiday grabó una de las mejores: 'Crazy he calls me' (Me llama loca). De hay no hay más que un paso a 'Siempre en mi corazón', por Raúl Abril, y a la napolitana 'Anema e core' (Alma y corazón), por Nilla Pizzi. Hay quien dice preferir que el diablo le compre su alma, como las francesas Léo Marjane y Monique Thibaut, que cantan, cada una por su lado, distintas canciones con letras casi idénticas. Luego escuchamos cinco canciones italianas, unas de humor ('Paquito lindo', 'Musetto'), otras de amor ('Tua', 'Al di là') y, la última, a gritos: '24.000 baci'. (06/02/11).