Escuchar y ser escuchados, es parte innata de nuestra naturaleza. Somos seres sociales y necesitamos constantemente contacto e interacción con los demás. Comunicarnos es una forma de expresar amor a nuestra familia, amigos, o parejas.
Pero, ¿cuándo se distorsiona el equilibrio y pasamos de tener una comunicación sana a convertirnos en un basurero emocional?
En este episodio muchos nos identificaremos, ya sea por ser el cesto o el que lanza la basura.