Con tan sólo cuatro años de edad comenzó a cantar, lo hizo en el coro de niños que dirigía su madre en La Habana, Cuba. Sin embargo, Ana Carla sostiene que los recuerdos musicales en ella empezaron a partir de los dos años de edad cuando se levantaba todas las mañanas escuchando la música de su padre, Carlos Maza, un pianista de jazz que debió exiliarse en Francia y luego en Cuba a raíz de la dictadura de Augusto Pinochet.