Los resultados del índice de Progreso Social Global 2025 -cuyos indicadores evalúan salud, seguridad, educación, infraestructura y derechos- vuelven a colocar a Costa Rica (39) en el tercer puesto latinoamericano, detrás de Chile (36) y Uruguay (38).
Es una nota alta pero con deficiencias significativas entre el desempeño económico y el progreso social.
En nuestro caso implica que teniendo estabilidad macroeconómica y buenos índices de salud, arrastramos un grave problema con la inversión educativa, especialmente en educación avanzada, que es fundamental para fortalecer la economía del conocimiento y la innovación, básicas para la atracción de inversiones de alto valor.
¿Dónde se origina esta circunstancia? Costa Rica tiene una buena condición en el acceso a la educación primaria (92.49) y secundaria (98.28). Pero es la permanencia en el tercer nivel (educación diversificada 53.66) donde enfrentamos el desafío, puesto que ello ralentiza el acceso a la educación superior de calidad (50.32) que nos lleva hasta el puesto #72, de la medición hecha a 170 países del orbe.
Esa brecha que se abre en la educación secundaria y el efecto directo para el acceso a la universitaria, nos coloca en desventaja para los requerimientos de un mercado laboral que necesita de personas con conocimientos y habilidades en ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas.
Para conocer qué estrategias son viables para enfrentar con sentido de urgencia el déficit de talento humano especializado en Costa Rica conversaremos con Jaime García, director del Índice de Progreso Social para América Latina.