El ministro de Hacienda, Nogui Acosta Jaén, visitó ayer la Asamblea Legislativa en cumplimiento de la Ley 10.399, que obliga al jerarca de Hacienda y al presidente del Banco Central a presentar un balance anual ante el plenario en marzo. El discurso parecía estar diseñado para calmar a los mercados y reafirmar la narrativa de estabilidad que el Ejecutivo ha defendido a capa y espada. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que el ministro se viera envuelto en un choque frontal con uno de sus críticos más usuales: el diputado Eliécer Feinzaig Mintz, del PLP.