Vodevil en el Congreso de los Diputados.
Lo que algunos expertos decían que iba a ser el pleno más importante del Gobierno de Pedro Sánchez, porque se jugaba la legislatura, resultó ser otro esperpento más.
El marido de Begoña fue a lo suyo: sacar a pasear su cara de cemento con falsas disculpas, prometer un plan para luchar contra la corrupción pese a que ya existen —Código Penal, Constitución—, entonar el “y tú más” y azuzar el miedo a la derecha.
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal no tragaron con las trolas del socialista y le echaron su corrupción en cara, al tiempo que retrataban a los compinches de Sánchez que conforman el Frankenstein.
Así las cosas, los socios del Gobierno siguieron con su pantomima. Aseguran estar indignados por los escándalos de corrupción que enfangan Moncloa y Ferraz, pero lo cierto es que no les importa ni les preocupa lo más mínimo. Les conviene que Sánchez siga. Y, cuanto más débil se encuentre, mejor, porque es más susceptible a sus chantajes para conseguir sus objetivos, que atentan contra la igualdad de los españoles y la integridad territorial.
Bildu, ERC, Junts y el PNV amenazan con romper, pero afirman que todo lo que se conoce todavía no es suficiente para retirar su apoyo y que se convoquen elecciones. Tampoco cuela la indignación de Podemos, que ahora van de dignos, pero lo cierto es que todos los chanchullos ocurrieron con ellos formando parte del Gobierno.
Alfonso Rojo trata este y otros temas de actualidad en el ‘24x7’ de este miércoles, 9 de julio, junto al periodista y escritor Eduardo García Serrano.