Desde la primera ecografía cuando recibieron el diagnóstico de que el bebé venía con Síndrome de Down, María y Carlos dijeron a los médicos que NO querían ab*rtar. Sin embargo, en cada futura visita se los volvían a proponer. "Si para nosotros, que teníamos claro que no íbamos ab*rtar, cada visita suponía esa presión, una pareja que tenga duda... ante esa presión cede", comenta Carlos López Chaves, esposo de María y padre de Azahara y Bruno."No nos encontramos a nadie que nos dijera 'ánimo' hasta cuando a María la derivaron a pediatría antes de que naciera Azahara. Dimos con una pediatra cardióloga que fue la primera vez que llamó a nuestra hija 'bebé'. Hasta entonces solo se referían a ella como un feto. Fue la primera vez a que sentimos a nuestra hija como nuestra".Este papá afortunado ha comenzado en redes sociales una misión que busca ayudar a otros padres que han recibido la noticia de que su bebé viene con Síndrome de Down. Él lo ha vivido en primera persona y sabe lo duro que es recibir el diagnóstico, lo duro que es la presión a abortarlo, pero sobre todo lo HERMOSO que es vivir el día a día con su hija, celebrando cada logro en su desarrollo, cada sonrisa y cada lección que ella le da.Este episodio invita a abrazar con HUMANIDAD la realidad de tantas personas con Síndrome de Down y otras condiciones. Espero que pueda ayudar a muchos padres en esta situación, a muchos médicos que se enfrentan a estos diagnósticos, y a muchos políticos que deciden aprobar o rechazar leyes ab*rtistas.

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