El calor aprieta y la cuenta corriente flojea así que toca tener LA conversación, esa que Georgina jamás tendría: cómo sobrevivir a las vacaciones sin tener que vender un riñón. Porque no, amiga: no todas tenemos un yate en Ibiza ni una casa en el País Vasco francés. Algunas vamos tirando con la sombrilla deshilachada y una nevera de playa llena de sueños.
Hablamos de veranos con más vida social que Obama, de reservas que hiciste en marzo, de romantizar los viajes en camper y de ese rompecabezas que es cuadrar las vacaciones cuando tu banco solo te manda stickers de ánimo. Aunque, al final, lo mejor es acabar volviendo a lo de siempre: la playa de toda la vida, la ensaladica de pasta bien fría y ese filetico empanao que nunca falla 🍗
Porque si algo tenemos claro es que para tener un verano medio decente no hace falta ni organización, ni previsión, ni planificación. Hace falta ✨ ser millonaria✨