¿Has pasado por momentos de silencio de Dios, cuándo Él parece no querer hablarte? No sé cómo te has sentido, porque esos silencios confunden, frustran y crean dudas. Pero cuando sabemos que, a pesar de estar callado, nuestro buen Dios está ahí, en cada momento de la vida, las cosas cambian.