El mundo financiero, comercial, bursátil y político, atraviesa fuertes sacudidas por la guerra arancelaria de los Estados Unidos. Aunque este martes hubo una recuperación de los mercados luego de tres días de multimillonarias pérdidas (incluyendo un "lunes negro" como suele denominarse a una caída mayúscula) lo cierto es que todo se desarrolla con inmensa incertidumbre dada la inminencia de contramedidas por parte de los actores medulares. Esto por cuanto mientras la Unión Europea se decanta por esperar una semana más para anunciar nuevos aranceles de respuesta y ya dejó sobre la mesa su propuesta de cero aranceles recíprocos, Canadá optó por el ataque anunciando que "maximizará el daño a los Estados Unidos".
Pero claro, la verdadera debacle será la respuesta de China, que (a la hora de escribir este texto) aún no anuncia si suspenderá su decisión de imponer 34% de aranceles a Estados Unidos en respuesta al 34% que le asestó Trump la semana pasada y que llevó la tasa al 54% por el 20% existente de previo. El caso es que si mantiene reciprocidad con su 34%, Trump redoblaría la apuesta con un 50% adicional. Una locura de 104%.
Según Trump, China está desesperada por negociar, pero no sabe por dónde empezar. Pero confía en que en los instantes previos al disparo demoledor del reloj de medianoche, lo hará: "Sucederá", dijo.
China mientras tanto activó el mecanismo de consulta a Estados Unidos ante una Organización Mundial de Comercio totalmente opacada por el poder de la Casa Blanca, justo adonde Trump quiere que todos los países vayan a negociar acuerdos uno por uno. Por eso está exultante, pues dice que ya 70 naciones han pedido negociar sus aranceles. Por lo pronto ya empezó con Israel y Corea del Sur, nación a la que pretende cobrarle la "protección militar tan grande" que recibe de los EEUU.
En tanto los países grandes y los bloques barajan sus opciones, el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió acerca del impacto "devastador" que esta guerra comercial implicará para los países pobres.
Pero Trump está convencido de su ruta y asegura que Estados Unidos ya está ganando $2 mil millones al día por los nuevos aranceles
Para entender este complejo tinglado de la nueva guerra mundial conversamos con el economista, Víctor Umaña.