En Avila 27 de diciembre de 2012
Uno necesita acudir a ese lugar donde encajan las piezas.
No te pelees con las palabras, intenta que todas te conduzcan y aludan a una palabra perdida, como diría María Zambrano. Voz interior que encaja mi vida.
Nadie desde fuera te da la palabra más importante.
Hay un algo que siempre ha estado ahí.
Queremos sentirnos pequeños, no olvidarnos, y a la vez tan grandes…, porque hay una historia de amor para mí.
Decía Teresa sobre las moradas: yo os explico esto, pero si alguna lo vive de otro modo, que tenga esta libertad, y San Juan de la Cruz dice que cada uno acoja y viva estas canciones en su anchura.
En anchura de corazón, cada uno a sentirse inspirado a lo que a cada uno el Señor le está sugiriendo.
Cuando a veces lees una palabra que has escuchado tantas veces, ya la habitas de una manera diferente, y para ti sabe de una manera distinta.
Nos apoyamos para hoy en cuatro momentos que san Juan de la Cruz sugiere en sus canciones:
Canción 26:
En la interior bodega
de mi Amado bebí, y, cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía
y el ganado perdí que antes seguía.
Canción 28:
Mi alma se ha empleado
y todo mi caudal en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.
Canción 12:
¡Oh, Cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!
Canción 40:
Que nadie lo miraba…
Aminadab tampoco parecía;
y el cerco sosegaba,
y la caballería
a vista de las aguas descendía.