Yolanda Quintero subrayó que la vacunación sigue siendo “una de las herramientas más eficaces para proteger la salud pública”, especialmente en otoño e invierno, cuando aumentan los virus respiratorios.
"Vacunarse refuerza las defensas justo antes de la temporada de mayor circulación viral y previene complicaciones graves e ingresos hospitalarios, sobre todo en personas mayores y con enfermedades crónicas"
Además, recordó que vacunarse no solo protege al individuo, sino también a quienes lo rodean: familiares, compañeros y pacientes más vulnerables.
Quién debe vacunarse y cuándo hacerlo
La campaña de vacunación en Andalucía comenzó en octubre y avanza de forma escalonada. Desde el 27 de octubre, ya pueden recibir su dosis las personas mayores de 60 años, fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, personal penitenciario y profesionales con exposición a animales.
La experta recordó que lo ideal es vacunarse antes del frío intenso, aunque nunca es tarde mientras los virus sigan circulando. Los grupos de riesgo —mayores, embarazadas, pacientes crónicos y personal sanitario— son prioritarios para alcanzar una cobertura vacunal completa.
Mitos y realidades sobre la vacunación
Durante la entrevista, Quintero desmintió algunos mitos comunes sobre las vacunas:
- “Las vacunas bajan las defensas”: Falso. Las vacunas estimulan el sistema inmunitario para reconocer el virus.
- “Pueden provocar la enfermedad”: No es cierto, ya que contienen virus inactivados o fragmentos, no virus vivos.
- “Si me vacuné el año pasado, no hace falta repetir”: Cada año cambian las cepas y la inmunidad disminuye, por lo que la dosis anual es necesaria.
- “Si soy joven y sano, no la necesito”: Aunque tengas buena salud, puedes contagiar a personas vulnerables.
- “El virus de la COVID ya no es peligroso”: Sigue circulando y puede causar cuadros graves, por lo que la vacunación sigue siendo clave.
El papel de la enfermería en las coberturas vacunales
Según Quintero, las altas coberturas vacunales se deben al esfuerzo constante de las enfermeras, que planifican, registran y realizan seguimiento para que nadie se quede sin vacunar.
Las enfermeras también revisan el calendario vacunal completo del paciente, aprovechando cada acto para actualizar otras vacunas como la del herpes zóster, la neumonía o el tétanos-difteria.