En esta ocasión quiero platicarles mi interpretación personal del discurso que el Almirante William Harry McRaven brindó en la graduación de los estudiantes de la clase 2014 de la Universidad de Texas que además posteriormente se convirtió en el libro “Tiende tu cama” o “Make your bed” en inglés.
La historia donde relata y comparte sus consejos para cambiar al mundo, está llena de ejemplos de su entrenamiento como “Marin” de los estados unidos… creo que la mayoría de nosotros hemos visto videos o películas en donde se puede apreciar lo difícil y retador que es ingresar a ese tipo de entrenamiento y más aún, terminarlo para ser parte de un equipo de élite preparado para hacer el trabajo que muy pocos pueden y están dispuestos a hacer… Mi intención es llevar el relato de William McRaven y sus consejos, al plano de lo que nosotros hacemos en las áreas de control y vigilancia…
Supongamos que el área a la que pertenecemos cuenta con 10 especialistas de control y/o vigilancia… qué pasaría si cada uno de ellos logra convencer a 10 personas de la empresa que colabore diariamente haciendo su trabajo conforme a los lineamientos del sistema de control interno, y que a su vez cada uno de ellos se convierta en embajadores de esta corriente y le transmite los beneficios y convence a otros 10, al final de 3… vamos a llamarles “olas de evangelización” habríamos logrado que una empresa de mil empleados…
Si queremos cambiar nuestro mundo, empecemos por tender nuestra cama… pero tenderla bien hecha, esto nos debe servir para recordar lo importante que es hacer bien las cosas pequeñas de la vida, hay que acostumbrarnos a hacer bien las cosas pequeñas…
Si queremos cambiar nuestro mundo, se requiere tener un equipo que nos ayude a hacer el trabajo...
Si queremos cambiar nuestro mundo, midamos a las personas por el tamaño de su corazón, no por lo que se ve solo superficialmente…
Si queremos cambiar nuestro mundo, deberemos aprender a superar una que otra vez o quizás muchas, regaños o la falta de elogios de lo que hicimos… y simplemente seguir adelante…
Si queremos cambiar nuestro mundo, a veces tendremos que aventarnos de cabeza a los retos y problemas, tomar riesgos y estar dispuestos a sufrir consecuencias que duelen y quedan marcadas en nuestra vida, a equivocarnos y quedar expuestos, a contribuir asumiendo la consecuencia de que eso representará más involucramiento, más trabajo, más responsabilidades...
Si queremos cambiar nuestro mundo, tenemos que saber que en la vida hay tiburones con los que deberemos nadar y acostumbrarnos a que están ahí, no debemos tener miedo porque si ellos lo notan, nos van a morder…
Si queremos cambiar nuestro mundo, debemos saber que habrá momentos oscuros que nos pueden hacer titubear y desorientarnos, que pondrán a prueba nuestra concentración o la capacidad para resolver problemas…
Si queremos cambiar nuestro mundo, debemos aprende a cantar cuando estemos metido hasta el cuello en el lodo, en los trabajos más pesados, en las fechas de entrega más retadoras, en cada nivel organizacional que vayamos recorriendo, porque cada uno de ellos es un reto en su momento y viene junto con situaciones difíciles a las que invariablemente nos enfrentaremos…
Si quieres cambiar tu mundo, nunca, nunca, nunca te rindas… es una tarea difícil, pero no es imposible… por más que estés tentado a desistir del esfuerzo que esto representa, no te rindas, sé que es difícil levantarse temprano todos los días, lidiar con los problemas del trabajo, darle la vuelta a los obstáculos, seguirnos preparando en las diferentes competencias que requieren nuestras actividades, aguantar las malas vibras, malas caras e incluso el rechazo, pero no te rindas, al final te darás cuenta que todo ese esfuerzo vale la pena y te llena de satisfacción…
Encuentra el discurso completo de William McRaven aquí: https://youtu.be/pxBQLFLei70