Diferentes estudios señalan los 6 años como una edad en la que algunos niños se topan con la pornografía más violenta, de manera que a los 12 cerca de la mitad de ellos ya lo conoce. A los 16 son mayoría y probablemente, a los 18 haya pocos chicos que digan: nunca he visto porno. Con todo, sea por buscar intencionadamente esos contenidos o toparse con ellos accidentalmente, lo cierto es que ocurrirá. Sí o sí. Cualquier niño con acceso a Internet se lo va a encontrar, sin la adecuada preparación para ello.
Y todo esto ocurre, usualmente, en su móvil a cualquier hora del día o de la noche, aunque cualquier otro dispositivo digital con acceso a la red, tiene las mismas funciones.
Los conocimientos científicos sugieren una serie de consecuencias graves en una parte importante de jóvenes españoles, entre los que destacan la adicción y determinados trastornos cerebrales y emocionales, así como alteraciones de la sociabilidad y de las relaciones interpersonales, que es necesario, como padres, madres y profesionales, conozcan. El cerebro de los menores, inmaduro, no está preparado para entender el contenido de estas películas, razón por la que los riesgos son importantes y, en muchos casos, graves.