
Sign up to save your podcasts
Or


Cuando el dinero escasea, siempre será una tentación reducir tu ofrenda. Después de todo, parece lógico. ¡No lo hagas! Terminarás interrumpiendo el flujo de las bendiciones económicas de Dios, justo cuando más las necesitas.
Hace unos cuantos años pasé por esa misma situación. El ministerio tenía un déficit económico de un millón de dólares. En ese tiempo, Gloria y yo habíamos vivido por fe durante 20 años. Sabíamos de antemano que Dios supliría todo lo que necesitábamos: «conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4:19). Habíamos visto a Dios comprobarlo una y otra vez, tanto en nuestra vida, como también en el ministerio.
Sin embargo, en ese momento en particular, todas las oraciones y la fe que antes nos habían traído victoria parecían no tener efecto. A decir verdad, a medida que transcurría el tiempo, la situación se ponía de mal en peor.
Para fines de ese año, nuestro déficit había alcanzado el millón de dólares.
Por fin un día, ya frustrado y cansado, fui al Señor y le dije:
«Mira la condición de este ministerio. Necesito un millón de dólares para cubrir los gastos».
¡No, no lo necesitas!, me respondió.
No podía creerlo. ¿Cómo podía ser posible que me dijera que no necesitaba un millón de dólares? ¿Acaso no había prestado atención a los reportes contables? ¿No había hablado con el tesorero? Estaba perplejo. Todo lo que podía imaginarme era que me había malinterpretado. Así que volví a decírselo.
Y Él volvió a contestarme: ¡No lo necesitas!
A pesar de mi confusión inicial, a medida que continuaba pidiendo y escuchando, comencé a comprender lo que el Señor me estaba diciendo. El rojo en los libros no era el único error. Había otro problema más grande.
Entonces me mostró que necesitaba comenzar a ofrendar el diez por ciento del ingreso del ministerio para ministrar a los pobres.
Para la mente natural, ésa no era una solución. ¿Cómo resolvería un déficit dando del dinero que poseíamos? Pero cuando apliqué esa solución, el déficit del millón de dólares comenzó a desaparecer.
Recuerda eso la próxima vez que el diablo trate de presionarte. Rompe la influencia que él tiene en tus finanzas, y da más. Pronto verás que la prosperidad de Dios empezará a derramarse en tu vida.
Lectura bíblica: 1 Reyes 17:1-16
© 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.
By Kenneth y Gloria Copeland4.9
1111 ratings
Cuando el dinero escasea, siempre será una tentación reducir tu ofrenda. Después de todo, parece lógico. ¡No lo hagas! Terminarás interrumpiendo el flujo de las bendiciones económicas de Dios, justo cuando más las necesitas.
Hace unos cuantos años pasé por esa misma situación. El ministerio tenía un déficit económico de un millón de dólares. En ese tiempo, Gloria y yo habíamos vivido por fe durante 20 años. Sabíamos de antemano que Dios supliría todo lo que necesitábamos: «conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4:19). Habíamos visto a Dios comprobarlo una y otra vez, tanto en nuestra vida, como también en el ministerio.
Sin embargo, en ese momento en particular, todas las oraciones y la fe que antes nos habían traído victoria parecían no tener efecto. A decir verdad, a medida que transcurría el tiempo, la situación se ponía de mal en peor.
Para fines de ese año, nuestro déficit había alcanzado el millón de dólares.
Por fin un día, ya frustrado y cansado, fui al Señor y le dije:
«Mira la condición de este ministerio. Necesito un millón de dólares para cubrir los gastos».
¡No, no lo necesitas!, me respondió.
No podía creerlo. ¿Cómo podía ser posible que me dijera que no necesitaba un millón de dólares? ¿Acaso no había prestado atención a los reportes contables? ¿No había hablado con el tesorero? Estaba perplejo. Todo lo que podía imaginarme era que me había malinterpretado. Así que volví a decírselo.
Y Él volvió a contestarme: ¡No lo necesitas!
A pesar de mi confusión inicial, a medida que continuaba pidiendo y escuchando, comencé a comprender lo que el Señor me estaba diciendo. El rojo en los libros no era el único error. Había otro problema más grande.
Entonces me mostró que necesitaba comenzar a ofrendar el diez por ciento del ingreso del ministerio para ministrar a los pobres.
Para la mente natural, ésa no era una solución. ¿Cómo resolvería un déficit dando del dinero que poseíamos? Pero cuando apliqué esa solución, el déficit del millón de dólares comenzó a desaparecer.
Recuerda eso la próxima vez que el diablo trate de presionarte. Rompe la influencia que él tiene en tus finanzas, y da más. Pronto verás que la prosperidad de Dios empezará a derramarse en tu vida.
Lectura bíblica: 1 Reyes 17:1-16
© 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

246 Listeners

849 Listeners

165 Listeners

260 Listeners

1,121 Listeners

63 Listeners

14 Listeners

518 Listeners

26 Listeners

38 Listeners

45 Listeners

353 Listeners

18 Listeners

5 Listeners

82 Listeners

22 Listeners

21 Listeners

23 Listeners

0 Listeners

4 Listeners

4 Listeners

0 Listeners

0 Listeners