A día de hoy, la tendinopatía rotuliana está a la orden del día, siendo la mayoría de enfoques escasos. Se tiende a explotar vías pasivas (masajes, hielo, reposo, infiltraciones...) siendo ineficientes, ya que al tendón lo que le gusta, es la carga.
Gracias a la carga (mecanotransducción), el tendón se vuelve más fuerte y se adapta, pudiendo poco a poco recuperar la función para volver otra vez a disfrutar del deporte.