La educación es un derecho para todes, aunque no fue entendida así siempre y fueron necesarias muchas luchas, debates, discusiones y tiempo para lograr su reconocimiento. En la última década, en Argentina, se han producido condiciones tendientes a la ampliación de los derechos, y a la garantía de los derechos educativos para vastos sectores sociales. En el plano de las regulaciones educativas la sanción de la Ley de Educación Nacional N° 26.206 implicó concebir por primera vez a la educación y el conocimiento como “un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado” (Art. 2º). Asimismo se concibe a la educación como una prioridad nacional que se constituye en política de Estado a los fines de construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación. En este contexto, entre las batallas que tenemos les docentes respecto al derecho a la educación, hay una que amerita nuestra especial atención y es siguiendo a Rosa María Torres“…lograr que la abultada lista de convenios, declaraciones y programas de acción en torno al derecho la educación, deje de ser tinta en el papel y pase a concretarse en la realidad...”. Y es en este sentido, que una verdadera educación inclusiva se torna necesaria. Es decir una educación para todes reconocimiento allí la inclusión sobre la totalidad de la educación, es decir, tanto en el ingreso, como en la permanencia y el egreso de les sujetos por la escuela. Para abordar, charlar y ampliar nuestro conocimiento sobre este tema desde su experiencia personal, nos acompaña en este episodio, la Prof. en Educación Especial Carina Girad de Villa La Angostura, Neuquén, Argentina.