Música popular cubana en 78 revoluciones x minuto. Ediciones que nos recuerdan algo del quehacer del pianista, arreglista y director de orquesta Bebo Valdés en plena década del 50.
"Ritmando chá chá chá", pieza emblemática de Bebo con la sonoridad de la Orquesta "Riverside", da paso a otras dos temas de su autoría en el repertorio de ese notable jazz band, conducido por el saxofonista Pedro Vila.
Mambo y swing desde una memorable audición en CMQ RadioCentro. "Güempa" y "Oye cómo gozo mama".
Escuchemos el "son capetillo" que defendía el tresero Arsenio Rodríguez en la gran ciudad de New York.
El guaguancó y el montuno a la manera de Arsenio, los grandes desvelos del ciego maravilloso.
Trilogía vocal completada por Capo, Cándido Antomattei y Manolo en discos "Tico".
Como en los innumerables sainetes criollos que acompañó en sus largos años de gloria, los centenarios compases de la orquesta del Teatro "Alhambra" vuelven a escucharse mientras subimos el telón.
"El verraco está en la yuca", danzón de Felipe Valdés, nos acerca a La Habana que estrenaba el siglo XX. Con apenas medio millón de habitantes la popularidad del llamado teatro vernáculo en la capital cubana propició la aparición de numerosos teatros donde solía presentarse lo más valioso del género.
Entre escenarios como "Payret", "Albisu ", "Cubano", "Campoamor", "Polyteama Grande", "Polyteama chico", "Nacional", "Principal de la Comedia" y "Armenoville", entre otros, brilló con luz propia el "Alhambra".
Hasta el final de sus días el maestro Eduardo Robreño defendió las memorias de aquel sabroso antro del bufo, ubicado en las calles Consulado y Virtudes. En las tablas del "Alhambra" la picaresca criolla y la sátira política fueron platos fuertes bien servidos logrando, durante más de tres décadas y media, la increíble proeza de mantener su cartelera ininterrumpidamente.
Federico Villoch, Regino López y Arias, desde el 10 de noviembre de 1900 hasta febrero de 1935 cuando se desplomó parte de su construcción, propiciaron que en en sus tablas crecieran artísticamente las figuras más relevantes del bufo en la Isla.
Seguidamente: Arquímedes Pous y Ramón Espigul junto a Conchita Llauradó y Lola Mayorga, respectivamente.
El negrito y la mulata, personajes claves de aquella cofradía donde también brillaron el gallego, el guajiro y el chino.
Acompañados invariablemente por sones, rumbitas y guarachas, jamás dejaron de resonar con el pueblo.
A continuación el guajiro y el negrito: Carlos Zarzo y Sergio Acebal. "El comienzo de la carretera".
En la sencillez y aparente ingenuidad de sus textos y pasajes melódicos el público más humilde pudo ver reflejadas sus esperanzas, frustraciones, tristezas y alegrías.
Sonidos donde sigue latiendo el pulso de una Isla al parecer condenada a vivir permanentemente, como en las tablas del viejo teatro bufo, entre la risa y el llanto.
El 10 de octubre de 1922 nació oficialmente la radio cubana. Fue Rita Montaner parte del elenco artístico que intervino en la transmisión inaugural de la PWX de la Cuban Telephone Company.
A poco más de un siglo de este acontecimiento el recuerdo de esta importante figura del teatro, el cine, la radio y la televisión llega con el respaldo de la orquesta CMQ, bajo la conducción del maestro Enrique González Mánticci.
Luis Carbonell, el acuarelista de la poesía afroantillana, alguna vez fue presentado por dos míticas voces de la radio cubana: Eusebio Valls y Xiomara Fernández. Fragmentos del estelar show: "De fiesta con Bacardí".
Regresamos a la Avenida Infanta marcada con el número 105. A partir de 1953, en el flamante estudio-teatro de los Hermanos Fernández: Radio Progreso, los cantantes y agrupaciones más destacadas de la época interactuaban con el público.
Rolando Laserie con la banda de Bebo Valdés, Xiomara Alfaro con la jazz band "Hermanos Castro". La despedida a cargo de Celio González y Celia Cruz junto a Rogelio Martinez y Caíto con el conjunto "Sonora Matancera".