“Un arcoíris se abría reluciente sobre la Avenida Chile y justo cuando una familia de ardillas nos decía adiós desde un árbol del ordenado separador, el vigilante nos pidió desalojar para que más bogotanos pudieran conocer su metro, el primer metro real, el primer metro que no era un render, y regresamos al estrellón de la realidad.”
“Un arcoíris se abría reluciente sobre la Avenida Chile y justo cuando una familia de ardillas nos decía adiós desde un árbol del ordenado separador, el vigilante nos pidió desalojar para que más bogotanos pudieran conocer su metro, el primer metro real, el primer metro que no era un render, y regresamos al estrellón de la realidad.”