“Imagino —o sueño, porque es un anhelo patriótico— que, liberado ya de la esclavitud del Twitter, el presidente invierte entonces el tiempo que dilapidaba en la pantalla de su celular concentrándose en su agenda: la cumple sin retrasos ni cancelaciones y recibe a todo aquel que lo necesite: incluyendo al embajador en Rusia, cuando recuerde si lo nombraron.”
“Imagino —o sueño, porque es un anhelo patriótico— que, liberado ya de la esclavitud del Twitter, el presidente invierte entonces el tiempo que dilapidaba en la pantalla de su celular concentrándose en su agenda: la cumple sin retrasos ni cancelaciones y recibe a todo aquel que lo necesite: incluyendo al embajador en Rusia, cuando recuerde si lo nombraron.”