El ego nos separa de los demás.
La búsqueda constante de estar por encima de otros teniendo más razón, siendo más inteligente, más acertados, más buenos y todos los “mases” posibles.
Buscar tener razón es perderte todos los matices, es fabricarte enemigos y dejar de aprender.
Todos nos moriremos ignorantes, da igual lo mucho que estudiemos o cuánto juguemos a informarnos. El mundo y la existencia son tan vastos que solo nos da tiempo a captar matices.
El único humano sabio es el que escucha más de lo que opina y por tanto aprende más de lo que sabe.