Entre los puntos clave del acuerdo global de biodiversidad de la cop15 adoptado en diciembre en Montreal, se encuentra un mecanismo multilateral para garantizar el “justo y equitativo reparto de los beneficios que surgen del uso de recursos genéticos a partir de la información secuenciada digitalmente”. Esto es, los países en desarrollo cobrarán de empresas que recurran, por ejemplo, a datos sobre el genoma de plantas de sus territorios para hacer productos como cosméticos o fármacos.