El padre Sadiel Eugarrios forma parte del grupo de sacerdotes detenidos, condenados y expulsados de Nicaragua en la guerra que el Gobierno de Daniel Ortega mantiene contra la Iglesia. Durante su encarcelación fue torturado, hasta que hace dos años fue enviado a Estados Unidos, privado de su nacionalidad, y posteriormente se instaló en Roma. RFI habló con él durante la celebración del pasado Cónclave sobre su arresto, la situación en Nicaragua y sus esperanzas en el nuevo Papado.
RFI – Manu Terradillos: Usted forma parte de un grupo de sacerdotes que fueron expulsados de Nicaragua. Está ahora en Roma actualmente, donde se celebra este cónclave. ¿Cómo se siente viviendo este momento histórico tan lejos de casa?
Padre Sadiel Eugarrios: En primer lugar, como un hombre de fe, como cristiano, siento una bendición de Dios, el poder experimentar, el poder verlo, porque recuerdo que al menos el cónclave en el que fue elegido el papa Benedicto XVI y el del papa Francisco estaba en Nicaragua y lo mirábamos a través de la televisión y era emocionante.
El estar aquí presente, yendo, viniendo a cada rato a la plaza de San Pedro, viendo este acontecimiento histórico milenario, para mí es una bendición de Dios.
RFI: ¿Qué sensaciones tiene ahora que está en Roma? ¿Mantiene contacto con gente de su país natal?
Padre Sadiel Eugarrios: Pues sí, tengo contacto con algunas personas. Casi no me gusta llamarles a ellos por la situación que se vive en Nicaragua. Algunas personas tienen temor. Cuando a veces uno les llama, a veces les da temor contestar a alguna llamada o hay personas que lamentablemente ya perdiste contacto con ellos. Yo les entiendo por seguridad, verdad, por la situación que se vive allá.
De vez en cuando, uno se comunica con la familia, al menos para saber cómo están. Las redes sociales han sido de mucha ayuda, porque cuando uno ve los estados de las personas, de los familiares, entonces uno ve que todo está bien. Sí he tenido algunos contactos con alguno de nuestros laicos, que fueron personas muy cercanas a uno el tiempo que yo estuve allá en Nicaragua como sacerdote.
RFI: ¿Piensa mucho en esos momentos en los que tuvo que abandonar Nicaragua? ¿Cómo se sintió?
Padre Sadiel Eugarrios: Esa es una pregunta que todavía hoy resuena en mí, porque cuando nosotros fuimos expulsados hacia los Estados Unidos, cuando el avión iba despegando y vi la capital, yo sabía que dejaba un pedacito de mi corazón ahí. Mi patria Nicaragua, mi diócesis, mi pueblo, la gente que uno tanto quiere y que también son gente que a uno lo quiere.
Gente bondadosa que le llaman y le mandan un mensaje a uno diciéndole: ‘Lo extrañamos, padre’. Siento eso, ese deseo y, todavía, obviamente por supuesto, como todo nicaragüense, siento y tengo la fe en el Señor de que vamos a regresar a nuestra patria. Vamos a regresar con nuestra familia. Vamos a regresar con nuestro pueblo.
RFI: Tiene que ser difícil no pensar en esos momentos. Estuvo detenido, le obligaron a irse, perdió su nacionalidad.
Padre Sadiel Eugarrios: Sí, son momentos difíciles, pero con el paso del tiempo uno va reflexionando y uno va viendo la mano de Dios, que Dios es el que va guiando. Como hombres de fe, te puedo decir que uno puede ver todo, cómo Dios va poniendo en orden todas las cosas.
Había una persona que la vez pasada, hace como un par de meses, me decía: ‘¿Cómo se siente? Lo noto bien, lo veo bien’. Sí, porque cuando Dios está en tu corazón y todo se lo dejas a él, nosotros como cristianos, sabemos que es el Señor el que va escribiendo nuestra historia y el mismo Señor el que te va a ir dando las pautas, también la tranquilidad y la paz, para poder ver estas cosas, que humanamente se ven tan oscuras, con una luz allá que es la luz de Cristo, el que nos va a ir guiando y hacia donde todos nosotros vamos a llegar.
RFI: Supongo que fue difícil ver esa luz cuando estuvo detenido.
Padre Sadiel Eugarrios: Sí, es un lugar, porque todos los que han estado en el Chipote, que es la cárcel de máxima seguridad en la que estuvimos nosotros, podrán comprender esto que yo voy a decir. Es difícil estar ahí, no es un lugar que se lo deseo a nadie.
Sin embargo, Dios siempre estuvo ahí, Dios y la Virgen nos estuvieron cuidando siempre, porque la gente, el pueblo Santo de Dios, no dejó de orar por nosotros y nosotros decíamos: ‘¿De dónde agarramos esta fuerza?’ Pues la fuerza era de todo el pueblo que estaba fuera orando y pidiéndole al Señor... Y al señor le sacan el milagro, le sacó el milagro el pueblo Santo de Dios. Yo siempre lo veo así, como un milagro de Dios.
RFI: Habla con mucha serenidad para alguien que estuvo detenido, que fue torturado también como se ha sabido.
Padre Sadiel Eugarrios: Sí, las torturas psicológicas siempre estuvieron. Te repito, siempre ha sido Dios, pero obviamente ha sido un proceso psicológico, la ayuda psicológica. Recuerdo cuando estuvimos en Estados Unidos, a mí me ayudó mucho un psicólogo. Estuvimos trabajando esta parte del exilio, estuvimos trabajando la parte de la situación en la cárcel, toda la tortura psicológica.
Y, obviamente, por supuesto, el haber venido aquí a Roma el estar ocupada la mente en la Universidad, los estudios, la pastoral en el hospital, porque ahora yo estoy colaborando como capellán en un hospital, entonces todo eso te hace ordenar también tus ideas y también pensar que la pastoral, por la cual vos entraste a un seminario para ordenarte, también la Iglesia es universal y en cualquiera de los aspectos, los lugares que Dios te tenga, pues ahí va uno sembrando en primer lugar la semilla del Evangelio.
RFI: ¿Hablaba con sus captores de su fe?
Padre Sadiel Eugarrios: Sí, hablábamos de nuestra fe, rezábamos el rosario, aunque muchas veces nos callaban, porque no le gustaba que rezáramos. No podíamos leer nada del libro. Inclusive solicitamos la Biblia para leer la Biblia y nunca nos la dieron. Sin embargo, como nos sabíamos las oraciones de memoria, entonces nosotros ahí rezábamos, hacíamos rosarios con algún papel, con algún plastiquito, con alguna servilleta. Con alguna cosita hacíamos un rosario para rezar.
La fe siempre la tuvimos presente y había unos cuantos policías que siempre nos decían que nosotros éramos personas buenas, que no deberíamos estar ahí. En todos los lugares siempre te encuentras con gente buena.
RFI: Fueron tiempos difíciles para usted y son tiempos difíciles en la actualidad para la iglesia en Nicaragua.
Padre Sadiel Eugarrios: Sí, la iglesia nicaragüense es una Iglesia que ha sufrido mucho. La Iglesia nicaragüense, diría un sacerdote de aquí, un obispo aquí en Roma, es la Iglesia del martirio, una iglesia martirial, la que está ahí, en Nicaragua. Es una iglesia que ha sufrido a lo largo del siglo pasado, a finales del siglo pasado, en los 80, y hoy actualmente sigue sufriendo.
Pero hay una cosa, un detalle muy importante que recuerda que la Iglesia no solo somos nosotros sacerdotes obispos, no. La Iglesia, somos todos los bautizados y la fuerza que tiene el pueblo Santo de Dios, que a pesar de todo el dolor y el sufrimiento, no deja de acudir al encuentro del Señor a la eucaristía, a la celebración de la palabra, a tener viva su fe, aún en medio de todas las limitaciones que puedan tener.
RFI: Nicaragua, su país, está viendo cambios muy importantes con la pareja presidencial Ortega Murillo aglutinando cada vez más poder.
Padre Sadiel Eugarrios: Sí, he visto a través de las noticias que cada vez hay un declive, un estado de derecho fallido en Nicaragua. Hay muchas violaciones siempre a la Constitución. Como hombre de fe siempre, no dejo de orar y pedirle al señor el cambio, el cambio en nuestra patria, el cambio en Nicaragua, que todos lo esperamos.
Un cambio de todas las estructuras. Todos, de una u otra manera, estamos llamados a cambiar alguna cosa, todo nicaragüense, para no repetir las historias. ¿Por qué? Porque nosotros los nicaragüenses necesitamos cambiar muchas cosas en nuestro caminar como ciudadanos, para no repetir las mismas historias de finales del siglo pasado, que están viviendo ahorita a pleno.
RFI: ¿Qué le pediría al próximo papa para Nicaragua?
Padre Sadiel Eugarrios: Te soy sincero y honesto, he rezado mucho. Hace un par de horas he ofrecido la Santa Eucaristía, principalmente por el próximo papa. He pedido al Señor para que nos dé un papa, en primer lugar, de fe, un hombre de fe, porque la fe lo encierra todo, porque somos hombres de fe.
Un hombre de fe que sepa guiar a la Iglesia y allá tiene Nicaragua, ese pedacito, ese paisito tan pequeño, pero el nicaragüense tiene tres amores que nadie se los puede quitar: A Jesús sacramentado, a la Virgen Santísima y al Papa. El Papa en Nicaragua, el que sea, tiene ese pueblo que lo ama y el amor tiene que ser recíproco. El Papa que sea elegido, tengo la fe en el Señor de que va a poner sus ojos en Nicaragua siempre.
RFI: ¿Qué le gustaría que hiciese el nuevo Papa, que tendiese puentes de nuevo?
Padre Sadiel Eugarrios: Me gustaría que sea un hombre de diálogo, que abra el diálogo como lo hizo el Papa Francisco. Extraordinario el papa Francisco, que estuvo con el pueblo nicaragüense. El Papa Francisco siempre estuvo pensando en Nicaragua y me atrevería a decirte que hace poco que falleció el papa Francisco y se fue con el dolor que vio, el dolor y el sufrimiento de Nicaragua, de Ucrania, de todos estos países que están en guerra ahora. El Papa se fue con ese dolor.
Siento yo que va a interceder el papa Francisco y va a susurrarle al Espíritu Santo y va a estar el Espíritu Santo ahí y al próximo Papa le va a transmitir esa necesidad que hay en Nicaragua, que Nicaragua es un país tan bello que no merece lo que está pasando.
El Papa, la Iglesia siempre, te repito de una u otra manera, va a estar ahí siempre al pendiente de sus hijos, porque el Papa es un padre y un padre siempre está al pendiente de sus hijos.
El pueblo nicaragüense ama a la iglesia, ama al Papa y es un amor recíproco. Yo lo que te podría decir al final es que el próximo Papa no apartará su mirada de Nicaragua y vas a ver más adelante, como con el paso del tiempo te vas a dar cuenta de que el próximo Papa va a poner sus ojos en Nicaragua.
RFI: Y a nivel más general, ¿qué le pediría al próximo papa para toda Latinoamérica?
Padre Sadiel Eugarrios: Latinoamérica es... Hablamos de América, pero nosotros, los latinoamericanos, somos un poco diversos. Siempre Latinoamérica ha estado históricamente envuelta en tantas guerras, en tantos adoctrinamientos, pero el pueblo latinoamericano es un pueblo de fe, un pueblo de paz, de amor y de justicia.
Los mecanismos que ha utilizado la Iglesia, los programas de evangelización, ahí tenemos la quinta conferencia del Episcopado latinoamericano en Aparecida (Brasil). En Aparecida se encierra todo el proyecto que tiene llevar el pueblo latinoamericano y de hecho, el nuevo Papa trabajará con la Iglesia latinoamericana en pro de todas estas Conferencias del Episcopado latinoamericano que han ido dando las luces para el caminar de la Iglesia en toda Latinoamérica.
RFI: Padre Sadiel, muchas gracias por conceder esta entrevista a Radio Francia Internacional.
Padre Sadiel Eugarrios: A vososotrs os agradezco mucho por haberme pedido que conversáramos un poco acerca de toda esta experiencia que uno va viviendo, porque poco a poco uno va dándose cuenta de que van marcando la historia de uno, la historia de la Iglesia, la historia de cada uno de los nicaragüenses, de tanto los que están dentro como los que estamos en la diáspora, los que estamos fuera de nuestro pedacito de tierra. Pero donde esté cada nicaragüense en cualquier parte del mundo, ahí hay una esperanza y todos anhelamos estar en nuestro país.