¿Cómo es posible que España, que debería estar encabezando la manifestación en favor de la libertad y la democracia en Venezuela, esté a lado de los torturadores?

Creo que fue Mark Twain quien acuñó el proverbio.

Un espanto.

La cencerrada de Sánchez para el 2025, además de subirnos los precios en todo, van a ser esos 100 actos pagados por el sufrido contribuyente para conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Franco en la cama.

Y como no podía ser de otra manera, porque a estos del PSOE le pierde el vicio de meter la mano en la caja común, sumará a su faraónico organigrama un comisionado especial encargado de supervisar los fastos.

Tendrá rango de subsecretaría, que es el tercer puesto en el escalafón de un ministerio. Y, por lo tanto, su responsable será considerado alto cargo, con un sueldo por encima de los 80.000 euros y una secretaría general técnica con personal a su servicio.

No ha sido este un año fácil para la libertad.

Felipe VI termina el año en lo alto, con unas cotas de popularidad que sólo alcanzó tras su magnífico mensaje a la Nación, tras el golpe separatista de octubre de 2017.

Que aguantaste a pie firme en Paiporta y mirase a los ojos a los indignados vecinos que arrojaban lodo y palos, mientras el socialista Sánchez huía como un conejo, lo ha encumbrado muy por encima de unos políticos incapaces de estar donde deben estar cuando pintan bastos.

Tras seis años de infame Gobierno Frankenstein, la sensación es que los problemas de los españoles y el de la vivienda es un ejemplo, no solo no se han atenuado, sino que se han agravado ante la total indiferencia e incapacidad de la izquierda.

Ayer les decía que una de las preguntas que me hace la gente, con la que me cruzo en la calle y en lugar de maldecirme me da una palmada en el hombro, es cuánto vamos a tardar en echar a Sánchez de La Moncloa.

En la España de Sánchez, los tontos -incluido el ministro Bolaños que va camino de convertirse en su secretario general-, felicitan la Navidad deseando ‘Felices fiestas’.

No les imagino consumidores compulsivos de la bazofia informativa que propagan RTVE y los chupatintas de la ‘Brunete Pedrete’, pero si entre ustedes hay algún masoquista que se atiborra de propaganda oficial le aconsejo que no pique, que ni siquiera vacile.