El Rey intervendrá mañana ante la Asamblea General de Naciones Unidas, como ya hiciera en 2014, 2015 y 2016. Desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, Don Felipe había quedado apartado de las grandes tribunas internacionales, por lo que sorprende que ahora el Gobierno le haya devuelto el protagonismo al frente de la delegación española.
La decisión resulta llamativa porque Sánchez también se encuentra en Nueva York esta semana. Sin embargo, al presidente le convenía que fuese el Rey quien representara a España, pues así evitaba asistir a la recepción que ofrece hoy el presidente de Estados Unidos a los jefes de Estado y de Gobierno, esquivando el saludo protocolario con Donald Trump.
De no haber acudido Don Felipe, la invitación habría recaído en Sánchez, que quería evitar la incómoda foto con Trump. Mientras el Rey participe en ese encuentro en el Hotel Lotte New York Palace, Sánchez asistirá a un acto paralelo titulado "Democracia siempre", en homenaje al expresidente uruguayo José Mujica.
Estrategia de Sánchez para evitar a Trump
La asistencia del Monarca implica que sea él quien intervenga mañana ante la Asamblea General de la ONU, un papel que Sánchez ha cedido a cambio de esquivar la incómoda foto con Trump. Esta maniobra evidencia las prioridades diplomáticas del presidente socialista.
Sánchez preferirá acompañar a líderes latinoamericanos como Lula da Silva, Gustavo Petro, Gabriel Boric y Yamandú Orsi en un evento paralelo. Esta elección refleja la orientación ideológica del gobierno español hacia regímenes de izquierda sudamericanos, alejándose de la tradicional alianza trasatlántica.
El Rey recupera así protagonismo internacional tras años de marginación por parte del gobierno socialista. Su intervención ante la ONU representa el retorno de la Corona a los foros globales más relevantes, donde Don Felipe puede representar los intereses de Estado de España sin las connotaciones partidistas que caracterizan la diplomacia de Sánchez.