Emitir juicios a nuestro prójimo ensucia nuestra mente, nuestra alma y nuestro corazón. El enjuiciamiento existe y, por mucho daño que nos hayan hecho, no debemos dejar que un sentimiento tan negativo opaque la bondad que hay en nosotros. Dejemos que Dios sea quien juzgue, al final, el juicio le pertenece.
Conecta conmigo:
Facebook: vargaslugoconchita
Instagram: conchisvle
YouTube: Conchita Vargas Lugo
Web: conchitavargaslugo.com