Somos hijos de Dios, de eso no hay duda y como sus hijos tenemos la fortuna de contar con su cuidado y bendiciones. Reclama tu lugar como hijo de Él, acércate a su cuidado y así nada podrá hacerte daño.
Somos hijos de Dios, de eso no hay duda y como sus hijos tenemos la fortuna de contar con su cuidado y bendiciones. Reclama tu lugar como hijo de Él, acércate a su cuidado y así nada podrá hacerte daño.