El pasado puede dejar huellas muy difíciles de olvidar pero con la ayuda de Dios, podemos sanar esas heridas, borrar las huellas y tener un corazón renovado.
El pasado puede dejar huellas muy difíciles de olvidar pero con la ayuda de Dios, podemos sanar esas heridas, borrar las huellas y tener un corazón renovado.