Más de 13 mil objetos clasificados como bienes culturales circulaban ilegalmente alrededor del mundo a finales del 2020. El tráfico de dichos bienes ha crecido exponencialmente con motivo de la pandemia de la Covid-19, pues los traficantes, redes criminales y/o terroristas se han aprovechado del cierre de museos, zonas arqueológicas y menor vigilancia para concretar sus delitos. Lo explica así Ernesto Ottone, subdirector General para la cultura de la UNESCO, en Escala en París.