3 días después de nacer, Gabriel Fernández fue abandonado por su madre. Adoptado por su tío-abuelo, vivió feliz los primeros 4 años de su vida. Sin embargo, en 2012 su madre recupera su tutela. Ahí comenzaría una tortura que solo tendría fin el 12 de mayo de 2013, la noche que Gabriel falleció. Los principales sospechosos: su madre y el novio de esta.