Pensar en estar para otros es fácil de comprender. Estar para ti es como un enigma... En este capítulo hablo sobre la autocompasión, esa presencia en ti cuidadosa, amorosa y disponible para escucharte, sentirte, contenerte. Autocuidado no es complacencia, no es consentirme indulgentemente, sino habilitar el sentir y cuidadosamente ir aceptando, asistiendo a lo que emerge en tu interior y accionar en el sentido de sanación, reconciliación, resolución…. Pero también de una manera compasiva, no auto-demandante ni crítica.