En esta ocasión tratamos el tema del pacto social, al que invito el gobierno a los empresarios y  a los sindicatos, con el fin de tratar reformas a la ley de trabajo en República Dominicana.

Una perspectiva noticiosa llena de humor y salidas que te harán reír y pensar.

EL Noticiario Latigoso es un informativo de humor basado en noticias reales, estamos haciendo pruebas todavía, para ir ajustando el formato, que mas adelante saldrá en versión video para YouTube. Los episodios saldrán al principio semanal o quincenalmente. Espero que les guste.

Bolívar Mejía.

Una forma jocosa de informar. 

¿Cuántas veces te he sido infiel? No existe una ecuación para calcular el resultado, sin embargo exijo fidelidad total   ¿Cuántas veces se han ido mis ojos, tras el rastro sensual de un trasero? Pero cuando posas las pupilas en alguien, la inseguridad degrada la calidad de mi autoestima y la ira desfigura mi personalidad en una fiera.  ¿En cuantas camas he dejado el olor?  He perdido el rastro de los aromas, por praderas infinitas de encuentros furtivos, entre sábanas de múltiples colores. Soy infiel hasta el infinito natural; pero exijo lealtad hasta en lo frívolo, un simple gesto de camaradería entre compañeros de trabajo o clase,  me perturba la emoción hasta la locura,  pero no creas que engaño a mi ser, cuando te traiciono,  tengo licencia para transgredir, los convencionalismos  sociales, luego pido perdón y tienes que perdonar.  Es el deber de la mujer obedecer al patriarca;  soy un macho alfa heterosexual embutido en la estrechez del feudo, de una razón dominante, incapaz de soportar el peso, de mi propia cornamenta.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                

Atrévete a colar un café, tan dulce como la amargura, tan caliente como los pensamientos que hierven por ti,                                                                               dibújame la tarde en el lienzo sonriente de una bandeja, donde reposa la porcelana cargada de sabor y pureza                                                                           y siéntate conmigo en un rincón de la terraza mágica, quiero atrapar a sorbos el vuelo inquieto de tus miradas.                                                        Que las hadas se detengan a jugar ajedrez con él rocío, abejas y avispas recojan entre las flores mis palabras                                                              cuando dancen los insectos entre el musgo del jardín. Anda, atrévete a saltar el charco de la ignorancia                                                                                deja que la duda levante tú falda y abra paso a la timidez, que oculta los miedos bajo una capa de tierra húmeda;                                                                              quiero mirar lo que disimulas entre las piernas apretadas. Que rico sabe lo caliente y lo dulce del café recién colado, cuando introduce quemaduras de besos en los labios, y penetra ácido por la puerta que se abre a una sonrisa, y se apodera en  la boca del sentido poderoso del gusto. Entonces nuestras miradas reposan al borde de las tazas, como palomas mensajeras de la pasión que nos consume, entre el vapor humeante de la vieja cafetera; la que cuela el pasado, presente y futuro de los amores. Atrévete a colar un café para mi, e invítame a conversar, que yo abriré el libro de mi alma, sin decir una palabra.

Nuestro hogar es el espacio donde existimos,  nos complementamos para dar el salto juntos, hacia el precipicio de modorra y aburrimiento a que nos condena la vida. Nuestro hogar,  sirve para aparcar sentimientos sobre un sofá de pelambre suave de gato, a desenroscar la cola alegre de nuestro perro. Salimos, volvemos a entrar y nos arrullamos, en nuestra cueva inhóspita de rencores y extravíos, llena de desacuerdos que armonizan lo individual, porque en la manera de ser de cada uno, esta la sal que nutre, el oleaje febril de un océano de lagrimas o sonrisas. Hogar mínimo, con un cuarto para los sueños cortos, una sala para agotar encuentros con la envidia y una cocina para sazonar deliciosas amistades; en eso se basa la relación conyugal de dos entes tan dispares como nosotros, que se atan y aprisionan a las emociones, con o sin derecho legal, mientras en el comedor departe el hambre con la gula. Nuestro hogar, es un palacio de augurios infinitos, donde las mariposas vuelan de flor en flor, recolectando el polen de la calidez, para la colmena donde se cuece, la miel que endulza nuestras agonías.

Un pequeño sacrificio.

Deja que yo friego, déjame lavar los trastos y las ollas, quita ombe, si quieres enjuagas, pero no me prives de la delicia de colaborar en la casa, ah te asombras, me preguntas porqué lo hago, simple amor, porque me acerca más a ti, cada vez que hago algo para colaborar; cuando tomo la escoba y barro, poco a poco tu cansancio, si me cuelgo al suape y mapeo la casa, para que tu piel resplandezca, y cuando la ropa está sucia, lavarla es como descomponer la tristeza de tus ojos cansados y convertirlos en alegría, cuánto me agrada ayudarte, estoy aquí para ti y los dos trabajamos, la casa es el terreno para ejercitar los afectos, y en este hogar quiero sembrar la semilla de la comprensión, la amistad, la consideración y la igualdad, por eso hoy te voy a cocinar un guiso de palabras, voy a preparar una salsa de besos y te voy a servir el manjar, en la cama cubierta de caricias. No te preocupes por los niños, cuando tu no estés yo los atiendo y les quito el pañal y huelo la inocencia de esos olores, que juntos articulamos, para que sus voces nos colmaran de alegría. Yo soy tu complemento, la basura la tiro yo, voy contigo al mercado a empujar el carrito y juguetear en los pasillos, porque cada día a tu lado es una aventura por descubrir. ¿Sabes? cada cosa que hago en el hogar me acerca más a ti y cuando te entregas te abres como él capullo de una flor en primavera y alcanzo a tocar las profundidades de tu alma. Por eso lavo y plancho, porque sé que la gratitud te hace más mujer para mi, y cuando por fin nos detenemos, para encontrarnos los dos, la recompensa que recibo, vale mil veces más, que él pequeño sacrificio.

Tu puedes

Tú puedes, no lo dudes un solo instante, solo tienes que empoderarte, reconocer tú potencial eso que Dios puso en ti y que te hace tan especial, estas hecho, estas hecha para ser un triunfador o una triunfadora, no importan los obstáculos, no importa el dolor, detrás de cada escollo, está la motivación,  pero no te detengas, ni permitas que nadie, absolutamente nadie, te diga que no lo puedes hacer. Cuando Dios te  dice que si te esfuerzas lo lograras.

Tú llama interior

Todos tenemos una llama interior, una mecha que arde o languidece, pero nunca muere. puede estar sepultada bajo montones de cenizas, pavesas de polvo frío, en medio del glacial de la depresión,  pero si rebuscas y escarbas dentro del montón de las tristezas, amarguras y sinsabores, que te depara la ingratitud mezquina de algunos días, dentro de las brasas húmedas de llanto y sufrimiento, podrás encontrar un carboncito encendido, es la raíz de esa llama que un día ardió en tu ser, la puedes avivar de nuevo y comenzar a iluminar tu camino, con la misma luz con que él creador te trajo a la vida, porque esa llama solo se apaga cuando mueres, cuando se desprende del cuerpo y vuelve al origen de la creación, para habitar otro espacio, tal vez otro cuerpo, una oruga que se volverá mariposa, un insecto, un ave para remontar los aires, un animal feroz de la selva, un árbol, simple tierra o una piedra, porque es parte integral de la naturaleza, el universo y jamás se apagará. Cuando la llevas dentro de ti, puede perder intensidad, reducirse a un simple punto luminoso; pero siempre estará ahí. No permitas que la llama que llevas dentro de ti languidezca, aliméntala con el esfuerzo, preocúpate por avivarla cada día, échale leña para que arda con entusiasmo y sobre todo, aliméntala con el combustible del amor.