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La crisis política francesa parece eternizarse. En dos años, Francia ha tenido cinco primeros ministros. El último, Sebastian Lecornu, está intentando buscar apoyos para formar un nuevo gobierno tras la caída de su predecesor, François Bayrou. Este último perdió una moción de confianza tras el fracaso de su presupuesto de austeridad con el que pretendía recortar 44.000 millones de euros. La inestabilidad, la amenaza de recortes y la tensión social allana el camino a la extrema derecha, que cuenta con una nueva disolución de la Asamblea y con la dispersión de la izquierda para prosperar.
Sin gobierno, sin presupuesto, con una desconfianza creciente de la ciudadanía con protestas, Francia atraviesa una crisis sin precedentes. Esta crisis viene de junio de 2024 cuando el partido del presidente, Emmanuel Macron, pierde las elecciones europeas, las gana la extrema derecha, y decide disolver la Asamblea y convocar elecciones legislativas. El resultado: una Asamblea muy fragmentada, sin mayoría absoluta, con la alianza de izquierdas, en primera posición, seguida de la extrema derecha de Le Pen. Desde entonces se cuentan cuatro primeros ministros, una deuda desbocada y una falta de entendimiento entre los partidos para aprobar un presupuesto.
"La culpa la tiene el presidente de la República, Emmanuel Macron. Distingo al hombre de la función. Porque la culpa lo tienen ambos. En las últimas elecciones generales, su partido perdió rotundamente. Y ha ido perdiendo votos de forma constante en las últimas tres elecciones. Sin embargo, la Constitución francesa le otorga al presidente de la República el poder de nombrar al Primer ministro. En la Constitución no hay una obligación de que el presidente tome en cuenta las elecciones para decidir quién va a conformar el gobierno. Eso puede parecer totalmente contrario a todos los estándares democráticos. Pero así es la Constitución francesa y ahí se arraiga una crisis muy fuerte", analiza Raquel Garrido, abogada, exdiputada y ex portavoz del partido del izquierda de Jean-Luc Mélenchon, La Francia Insumisa.
La deuda, el talón de Aquiles francés
Además de esta crisis política e institucional, preocupa el nivel de la deuda: 114% del PIB y un déficit del 5,4%. Le corresponde a la Asamblea Nacional votar el presupuesto, pero un acuerdo parece inalcanzable sobre ese presupuesto y sobre los recortes necesarios para absorbe la deuda. Parece que Francia es incapaz de formar coaliciones y crear una cultura parlamentaria tan común en otros países europeos. Raquel Garrido discrepa: "El nuevo Frente Popular [coalición de izquierdas] es una coalición de varios partidos políticos, de izquierda y de la ecología y que sacó 192 diputados de 577".
La exdiputada y cofundadora del movimiento "Y después" estima que en temas como el de las jubilaciones y en otras discusiones parlamentarias han logrado alcanzar mayorías votando más allá de la coalición de izquierdas.
La ex asambleista estima, por otra parte, que el problema de la deuda se puede atajar yendo a buscar el dinero donde se encuentra: "Cuando llega Macron al gobierno hace ocho años atrás, la deuda francesa está en 2 mil millones de euros. Ocho años después estamos en 3.400.000.000. Y esa deuda es de Macron porque cada año perdemos entre 60 y 80.000 millones en exoneraciones a los ultrarricos. La última ley, que sí votamos en el Parlamento es la ley de la de la tasa Zucman, que pretende que los 1800 contribuyentes fiscales de este país, que poseen más de 100 millones de euros en patrimonio, contribuyan un 2% de ese patrimonio. Eso podría aportar hasta 2 mil millones de euros cada año al presupuesto".
Una izquierda dividida
Más allá de la tasa Zucman, a la izquierda francesa le cuesta hablar con una sola voz. La comunión que existió para las legislativas del 2024 se ha ido desvaneciendo. ¿La influencia de Jean-Luc Mélenchon de la Francia Insumisa es un obstáculo para una coalición de izquierdas?
"Lamentablemente está en una posición aislada, un poco sectaria al de cara al resto de la coalición y eso para mí es una deslealtad al a nuestro electorado, porque cada uno de los diputados de los 192 diputados del nuevo Frente Popular fueron electos como candidato único de la coalición en cada circunscripción. Entonces, cada diputado insumiso es un diputado socialista, comunista, etc.", responde Raquel Garrido, que rompió con La Francia insumisa.
"Tenemos un mandato programático y estratégico de mantenernos juntos. Sobre todo que la extrema derecha en este país está muy fuerte. Estuvimos a muy poco de tener un Primer ministro de extrema derecha hace un año y ese peligro está pendiente. Hoy la división del Nuevo Frente Popular [coalición de izquierdas] es totalmente irresponsable con respecto a ese peligro", agregando que "Mélenchon está embarcado en una lógica muy presidencialista y personalista. Lo que le interesa, antes que nada, es su candidatura a la próxima elección presidencial".
Un líder sectario que amenaza la unión de la izquierda
Es también lo que destaca el libro 'La Meute, "La Manada", publicado por los periodistas Charlotte Belaïch y Olivier Pérou. En esta investigación, se describe la transformación de La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon en una “manada”, una máquina devota al jefe donde no cabe la divergencia, bajo riesgo de exclusión. Raquel Garrido es una de las fuentes de esa publicación. Describe a Mélenchon como a un maltratador que crea maltratadores y narra que fue internada en psiquiatría por la presión sufrida.
"Con más de 200 entrevistas, 80 personas que han atestiguado con nombre y apellido, lo que está en ese libro es verdad. Y es un problema cuando los partidos de izquierda tienen una disonancia entre la postura democrática que tienen para el país y el funcionamiento interno. Es verdad que Jean-Luc Mélenchon opera una forma de autoritarismo en el partido que choca con nuestros principios. Muchos compañeros se han ido, han sido expulsados, pero eso no impide de que yo mantenga esa postura de la unidad", dice la política franco-chilena, que aboga por elecciones primarias para designar al o a la candidata de la izquierda en el 2027.
#EscalaenParís tambien está en redes sociales
Un programa coordinado por Florencia Valdés, realizado por Souheil Khedir y Guillaume Buffet.
By RFI EspañolLa crisis política francesa parece eternizarse. En dos años, Francia ha tenido cinco primeros ministros. El último, Sebastian Lecornu, está intentando buscar apoyos para formar un nuevo gobierno tras la caída de su predecesor, François Bayrou. Este último perdió una moción de confianza tras el fracaso de su presupuesto de austeridad con el que pretendía recortar 44.000 millones de euros. La inestabilidad, la amenaza de recortes y la tensión social allana el camino a la extrema derecha, que cuenta con una nueva disolución de la Asamblea y con la dispersión de la izquierda para prosperar.
Sin gobierno, sin presupuesto, con una desconfianza creciente de la ciudadanía con protestas, Francia atraviesa una crisis sin precedentes. Esta crisis viene de junio de 2024 cuando el partido del presidente, Emmanuel Macron, pierde las elecciones europeas, las gana la extrema derecha, y decide disolver la Asamblea y convocar elecciones legislativas. El resultado: una Asamblea muy fragmentada, sin mayoría absoluta, con la alianza de izquierdas, en primera posición, seguida de la extrema derecha de Le Pen. Desde entonces se cuentan cuatro primeros ministros, una deuda desbocada y una falta de entendimiento entre los partidos para aprobar un presupuesto.
"La culpa la tiene el presidente de la República, Emmanuel Macron. Distingo al hombre de la función. Porque la culpa lo tienen ambos. En las últimas elecciones generales, su partido perdió rotundamente. Y ha ido perdiendo votos de forma constante en las últimas tres elecciones. Sin embargo, la Constitución francesa le otorga al presidente de la República el poder de nombrar al Primer ministro. En la Constitución no hay una obligación de que el presidente tome en cuenta las elecciones para decidir quién va a conformar el gobierno. Eso puede parecer totalmente contrario a todos los estándares democráticos. Pero así es la Constitución francesa y ahí se arraiga una crisis muy fuerte", analiza Raquel Garrido, abogada, exdiputada y ex portavoz del partido del izquierda de Jean-Luc Mélenchon, La Francia Insumisa.
La deuda, el talón de Aquiles francés
Además de esta crisis política e institucional, preocupa el nivel de la deuda: 114% del PIB y un déficit del 5,4%. Le corresponde a la Asamblea Nacional votar el presupuesto, pero un acuerdo parece inalcanzable sobre ese presupuesto y sobre los recortes necesarios para absorbe la deuda. Parece que Francia es incapaz de formar coaliciones y crear una cultura parlamentaria tan común en otros países europeos. Raquel Garrido discrepa: "El nuevo Frente Popular [coalición de izquierdas] es una coalición de varios partidos políticos, de izquierda y de la ecología y que sacó 192 diputados de 577".
La exdiputada y cofundadora del movimiento "Y después" estima que en temas como el de las jubilaciones y en otras discusiones parlamentarias han logrado alcanzar mayorías votando más allá de la coalición de izquierdas.
La ex asambleista estima, por otra parte, que el problema de la deuda se puede atajar yendo a buscar el dinero donde se encuentra: "Cuando llega Macron al gobierno hace ocho años atrás, la deuda francesa está en 2 mil millones de euros. Ocho años después estamos en 3.400.000.000. Y esa deuda es de Macron porque cada año perdemos entre 60 y 80.000 millones en exoneraciones a los ultrarricos. La última ley, que sí votamos en el Parlamento es la ley de la de la tasa Zucman, que pretende que los 1800 contribuyentes fiscales de este país, que poseen más de 100 millones de euros en patrimonio, contribuyan un 2% de ese patrimonio. Eso podría aportar hasta 2 mil millones de euros cada año al presupuesto".
Una izquierda dividida
Más allá de la tasa Zucman, a la izquierda francesa le cuesta hablar con una sola voz. La comunión que existió para las legislativas del 2024 se ha ido desvaneciendo. ¿La influencia de Jean-Luc Mélenchon de la Francia Insumisa es un obstáculo para una coalición de izquierdas?
"Lamentablemente está en una posición aislada, un poco sectaria al de cara al resto de la coalición y eso para mí es una deslealtad al a nuestro electorado, porque cada uno de los diputados de los 192 diputados del nuevo Frente Popular fueron electos como candidato único de la coalición en cada circunscripción. Entonces, cada diputado insumiso es un diputado socialista, comunista, etc.", responde Raquel Garrido, que rompió con La Francia insumisa.
"Tenemos un mandato programático y estratégico de mantenernos juntos. Sobre todo que la extrema derecha en este país está muy fuerte. Estuvimos a muy poco de tener un Primer ministro de extrema derecha hace un año y ese peligro está pendiente. Hoy la división del Nuevo Frente Popular [coalición de izquierdas] es totalmente irresponsable con respecto a ese peligro", agregando que "Mélenchon está embarcado en una lógica muy presidencialista y personalista. Lo que le interesa, antes que nada, es su candidatura a la próxima elección presidencial".
Un líder sectario que amenaza la unión de la izquierda
Es también lo que destaca el libro 'La Meute, "La Manada", publicado por los periodistas Charlotte Belaïch y Olivier Pérou. En esta investigación, se describe la transformación de La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon en una “manada”, una máquina devota al jefe donde no cabe la divergencia, bajo riesgo de exclusión. Raquel Garrido es una de las fuentes de esa publicación. Describe a Mélenchon como a un maltratador que crea maltratadores y narra que fue internada en psiquiatría por la presión sufrida.
"Con más de 200 entrevistas, 80 personas que han atestiguado con nombre y apellido, lo que está en ese libro es verdad. Y es un problema cuando los partidos de izquierda tienen una disonancia entre la postura democrática que tienen para el país y el funcionamiento interno. Es verdad que Jean-Luc Mélenchon opera una forma de autoritarismo en el partido que choca con nuestros principios. Muchos compañeros se han ido, han sido expulsados, pero eso no impide de que yo mantenga esa postura de la unidad", dice la política franco-chilena, que aboga por elecciones primarias para designar al o a la candidata de la izquierda en el 2027.
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Un programa coordinado por Florencia Valdés, realizado por Souheil Khedir y Guillaume Buffet.

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