El grito de guerra en los Países Bajos comenzó hace dos décadas, cuando aumentó la preocupación sobre su capacidad para alimentar a sus 17 millones de habitantes: producir el doble de alimentos utilizando la mitad de los recursos. El país, que es un poco más grande que Maryland, no solo logró esta hazaña, sino que también se convirtió en el segundo mayor exportador mundial de productos agrícolas por valor, detrás de Estados Unidos. Quizás aún más significativo frente a un planeta que se calienta: se encuentra entre los mayores exportadores de tecnología agrícola y alimentaria. Los holandeses han sido pioneros en la carne cultivada en células, la agricultura vertical, la tecnología de semillas y la robótica en el ordeño y la cosecha, encabezando innovaciones que se centran en la disminución del uso de agua, así como en la reducción de las emisiones de carbono y metano. Holanda produce 4 millones de vacas, 13 millones de cerdos y 104 millones de pollos al año y es el mayor exportador de carne de Europa. Pero también proporciona verduras a gran parte de Europa occidental. El país tiene casi 24,000 acres, casi el doble del tamaño de Manhattan, de cultivos que crecen en invernaderos. Estos invernaderos, con menos fertilizante y agua, pueden crecer en un solo acre lo que se necesitaría para lograr 10 acres de cultivo de tierra tradicional. Las granjas holandesas usan solo medio galón de agua para cultivar alrededor de una libra de tomates, mientras que el promedio mundial es de más de 28 galones. Más de la mitad de la tierra de los Países Bajos se utiliza para la agricultura. Los holandeses suelen decir que su singular enfoque en la producción de alimentos se debe a la terrible hambruna que experimentó el país durante la Segunda Guerra Mundial. Pero se podría argumentar que la preocupación por la comida comenzó en el siglo XVII, cuando los holandeses estaban en el centro del comercio mundial de especias. Su centralidad en la exploración global de alimentos es indiscutible: Quince de las 20 empresas agroalimentarias más grandes (Nestlé, Coca-Cola, Unilever, Cargill y Kraft Heinz) tienen importantes centros de investigación y desarrollo en los Países Bajos. Con su tierra limitada y un clima lluvioso, los holandeses se han convertido en maestros de la eficiencia. Pero hay desafíos: la industria de los invernaderos ha florecido en parte debido a la energía barata, pero Europa occidental se enfrenta a precios de la gasolina altísimos. Y las prácticas agrícolas intensivas de animales del país también están en riesgo. Este verano, una coalición de gobierno conservador se comprometió a reducir a la mitad las emisiones de nitrógeno para 2030, lo que requeriría una reducción drástica en la cantidad de animales criados en el país. Los agricultores y ganaderos han protestado, y queda por ver cómo se resolverá este enfrentamiento...